Las balandras canarias.1905-1950 (y 2).

Como continuación al primer artículo de las balandras canarias abarcaremos en esta segunda entrada del blog al respecto, la evolución de las mismas desde 1905 hasta su desaparición, o en realidad, hasta la desaparición de modo general, salvo raras excepciones, de la navegación a vela con fines profesionales o comerciales en las islas, sobre mediados del siglo XX.

Como habíamos citado, hasta 1905 las balandras canarias respondían a un diseño muy parecido al que existía en los países del norte de Europa y las dimensiones de las mismas eran regulares, relativamente homogéneas, pudiendo establecerse una eslora mínima de 15 metros para aparejar dos mástiles.

Poco a poco las balandras se fueron popularizando y las completadas en Canarias convivían con muchas embarcaciones importadas, tanto de la península como del extranjero.


1925. Una balandra en el puerto de La Luz. La embarcación pudiera ser la “Alicia Gertrudis”, folio 69 de la segunda lista, construida en Inglaterra y abanderada en las Palmas en 1915. Vista parcial de la foto 90597. Fedac. Fotos antiguas de Canarias.

El número de balandras dedicadas al cabotaje fue siempre menor que los veleros aparejados como goletas. A la “Sahara” y la “Añaza”, ya nombradas en el primer artículo, y que alternaron su uso en faenas pesqueras con épocas dedicadas al cabotaje, tenemos que añadir las que nombramos a continuación:

En 1921 se matriculó una balandra en el Registro de buques de Santa Cruz de Tenerife que fue construida por Tiburcio Miranda Cabrera en Arrecife en 1904. Se denominaba “Nicolás”, y fue matriculada inicialmente con el folio 14 de la segunda lista de Arrecife de Lanzarote para pasar al 63 de la segunda lista de la capital tinerfeña. De importantes dimensiones, 21.05 metros de eslora y 54.86 toneladas de registro bruto, se dedicaría siempre al cabotaje insular, instalándose varios motores en su vida marinera. 60 años después de su construcción se perdería en Fuerteventura, frente a Joroz, en Jandía, el 17 de agosto de 1964.


Aunque la falta de mastelero en el mástil de la mayor pueda engañarnos, la “Nicolás” estaba aparejada de balandra. Archivos de la Capitanía Marítima de Santa Cruz de Tenerife.

En 1918, en Las Palmas, se adapta la gabarra carbonera o candray de madera, “Blandy IX”, construida en el puerto de la misma ciudad en 1898. Tenía de características principales 25.2 metros de eslora y 113.66 toneladas de registro bruto, aparejándose de ketch o balandra, y matriculándose para el cabotaje insular con el nombre de “Cazón”. Curiosamente, el o la “Cazón”, se hundiría el mismo año y en la misma isla que el nombrado “Nicolas”, sólo que unos meses después, el 15 de octubre, en el cargadero de cal de Matas Blancas.1 El “Cazón”, propiedad de la Sociedad de F. Guedes y Compañía, instaló desde su transformación un motor marca Bolinder de 80 caballos de potencia, todo un lujo para la época.

También en 1918, la empresa tinerfeña Hamilton y Cía adaptaría en sus propias instalaciones y en los astilleros de la casa Blandy, en el Puerto de La Luz, dos candrays o gabarras de carbón construidas en madera, de grandes dimensiones, para su uso en el cabotaje insular aparejadas también como balandras. Se denominarían “Granadilla” y “Jorge V”, folios 71 y 72 de la segunda lista de Santa Cruz, con 120.74 y 164.10 toneladas de registro bruto, respectivamente.


Reseña en la “Gaceta de Tenerife” de 8 de diciembre de 1918 acerca de la transformación de las gabarras o candrays de Hamilton y Cia (la “Granadilla”, en los varaderos de la misma casa Hamilton, en Santa Cruz y la “Jorge V” en los varaderos de la casa “Blandy”, en el Puerto de La Luz). Jable. Hemeroteca Digital de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Tres años después, en Arrecife, en 1921, se construiría en el Islote de La Fermina, para Don José García Argueta, la balandra “Fermina”, de 25 metros de eslora y 90.68 toneladas de registro bruto, embarcación completada por el maestro carpintero de ribera Alberto Sánchez Gutierrez2. En el mismo año el conocido maestro Luis Trujillo acabaría la famosa “Rosa”, balandra singular que se destinó inicialmente al cabotaje, de dimensiones algo menores que la “Fermina”.3

La balandra “Fermina” se hundió en la noche del 19 al 20 de junio de 1954, como rezaba el periódico La Falange del martes siguiente: 

“La balandra "Fermina", de la matricula de Tenerife y dedicada al cabotaje entre estas islas, ha naufragado cuando se dirigía a nuestro puerto, procedente de Tenerife, con un cargamento de caña de azúcar. El accidente ocurrió poco después de haber dejado Tenerife durante la noche del sábado al domingo cuando navegaba con viento fresco y a unas cinco millas de tierra. Un fuerte golpe de mar hizo correr la carga sobre una banda y la embarcación se escoró hasta hundirse; todo con tanta rapidez que no dio tiempo a nada. Los tripulantes se arrojaron al agua, permaneciendo asidos a maderos y atados de cañas que flotaban. En esta trágica situación permanecieron unas tres horas, hasta que avistaron al guardacosta "Procyon", que daba escolta a los balandros de travesía, en la regata Tenerife-Las Palmas, recogiendo a bordo a los náufragos. En el naufragio ha habido que lamentar la desaparición del marinero Teodoro Hormiga, de 52 años de edad, natural de Fuerteventura. El resto de la tripulación, entre ellos el patrón Juan Medina Nuez, se ha salvado milagrosamente y gracias a la oportuna llegada del "Procyon".”


En 1923, siendo el armador Andrés Rodríguez Y Cía, se registraba con el folio 94 de la segunda lista de Santa Cruz de Tenerife la embarcación “Herbania”, que con 24.85 metros de eslora y 133.80 toneladas de registro bruto sería la última gran balandra construida en Canarias para ser dedicada al cabotaje. La "Herbania" fue construida en el Puerto de La Luz. Foto colección Daniel Rodríguez Zaragoza.

Para usos pesqueros se empleó de un modo más extendido el aparejo de balandra, incluso en esloras menores, como comprobaremos a continuación. La balandra permitía llevar un menor número de tripulantes y fraccionar la superficie vélica facilitando el manejo tanto de la vela mayor como de la mesana, de menores dimensiones que las velas de los balandros o pailebots de similar tamaño. La navegación se hacía más segura, más si tenemos en cuenta los fuertes vientos que afrontaban los barcos en sus idas y venidas a la Costa.


Al igual que para el cabotaje, la construcción de balandras se popularizó enormemente entre los armadores pesqueros a mediados de la segunda década del siglo XX. Sirva como ejemplo la balandra “Cecilio”, construida en 1914 por el maestro Juan Marrero Medina en Las Palmas,4 en la playa de San Rafael, en el actual Refugio, tenía sólo 11.87 metros de eslora y 16.58 toneladas de registro bruto. Foto cortesía de Juan Pablo Díaz González. Asociación Social y Cultural por la Memoria Histórica Pesquera de Lanzarote “Angel Díaz”.

La balandra vivero “San José” se construyó en Arrecife de Lanzarote completándose en 1924. Al igual que la “Fermina” su constructor fue el maestro carpintero de ribera Alberto Sánchez. De gran tamaño, la "San José" medía 19.60 metros de eslora y arqueaba 41.90 toneladas de registro bruto.


La “Juanita Teresa”, folio 1021 de la tercera lista de Las Palmas de Gran Canaria, fue una balandra construida en el marinero barrio de San Cristóbal, Las Palmas, en 1925. El carpintero de ribera constructor fue Don Florencio Rodríguez. Tenía 12 metros de eslora y 10.21 toneladas de registro bruto. Posteriormente, en los años 40, se llamaría “Electra” y pertenecería al conocido armador conejero Don Leandro San Ginés Martín. Archivo de la Capitanía Marítima en Las Palmas.

Durante la guerra civil y en la posguerra las condiciones económicas se deterioraron y muchos canarios recurrieron a la pesca para sobrevivir, en muchos casos única fuente de ingresos. La falta de recursos fomentó que se construyeran embarcaciones menores, incluso para dedicarlas a la pesca de altura, y se recuperaran embarcaciones de todo tipo, aparejándolas normalmente de balandras. En Las Palmas de Gran Canaria se construyeron en la década de los 40 al menos 15 balandras de más de 10 metros de eslora y sólo en un caso se superó los 15 metros de longitud.



Arriba, la pequeña embarcación “Nueva España”, construida en Santa Cruz de Tenerife en 1937, fotografiada en el Puerto de La Luz con aparejo de balandra (es este caso técnicamente de “Yawl”, no de “Ketch”, ya que el palo de mesana estaba a popa del eje del timón, aunque en Canarias no se hacían distinciones al respecto en cuanto a la terminología). Abajo, nota manuscrita por el inspector de buques, ingeniero naval durante muchos años en el Puerto de La Luz, Don Luis Aulet, firmada el 11 de septiembre de 1939. Archivos de la Capitanía Marítima de Santa Cruz de Tenerife.


La falúa a motor de gasolina “Isabel”, originalmente inscrita en la lista cuarta para servicio de puerto y construida en Las Palmas en 1905, se transformó, aparejó de ketch o balandra y se dedicó a la pesca de altura en 1946, con apenas 10.45 metros de eslora. Se inscribió con el folio 2458 de la tercera lista de Santa Cruz de Tenerife. Archivos de la Capitanía Marítima de Santa Cruz de Tenerife.


La embarcación “Eva O”, 1948, otro ejemplo de pequeñas y humildes embarcaciones construidas en Canarias y aparejadas de balandra que se dedicaban a la pesca en la Costa, fotografiada en el Puerto de La Luz. Tenía el folio 2024 de la lista tercera de la matrícula de Las Palmas. Foto colección Daniel Rodríguez Zaragoza.

Con el declive del uso del carbón en los buques mercantes, muchas de las gabarras carboneras, portuarias, de madera, los conocidos “candrays”, se aparejaron en balandros, goletas o balandras, según el tamaño de las embarcaciones -y los gustos de sus armadores-, y tuvieron una nueva vida marítima en la pesca. Aunque sus condiciones marineras no fueran las mejores, se consideraran embarcaciones “lentas”, su gran capacidad de carga, estabilidad y robustez compensaba las pocas cualidades hidrodinámicas de los cascos.


1945, solicitud de Juan Silva Baños para transformar en balandra de pesca un candray o gabarra carbonera, la “Aldea”, denominada originalmente “Febrero”, siendo desde su construcción propiedad de la casa Miller y Cía, y construida en Las Palmas por Camilo Miranda, en 1905. Archivos de la Capitanía Marítima en Las Palmas. Posteriormente se denominó “Dolores Jorge”.

El candray “San Antonio”, que originalmente era una gabarra aljibe, construida en 1928 por José Romano Henríquez, en La Luz, también se transformó en balandra o “ketch”, y se dedicó a la pesca en África. Era una embarcación de grandes dimensiones, 24.9 metros de eslora y 112.03 toneladas de registro bruto, posteriormente, en 1958, se transformó en motonave de cabotaje, como expone Juan Carlos Díaz Lorenzo en el estupendo artículo “Barcos del cabotaje en Canarias: Afortunadas (1958-1973)”.


La balandra “San Antonio” saliendo del Puerto de La Luz en tiempos de la II Guerra Mundial. Colección Juan Garrido López.

Un caso muy distinto era el de la balandra “María del Carmen”, folio 2345 de la tercera lista de la matrícula de Santa Cruz de Tenerife. Construida en La Palma en 1943, procedía del folio 961 de la matrícula de Santa Cruz de La Palma, donde era propiedad del afamado Armando Yanes Carrillo, su constructor. Cuando pasó a la matrícula de Santa Cruz de Tenerife, la embarcación ya disponía de un motor auxiliar “Coventry” de 30 caballos de potencia, se desguazaría finalmente en 1968.

En su libro “Cosas viejas del mar” Don Armando narraba:“…Pero no me conformé con esto, y quise también aprender y llegar a conocer el trazado, cálculo y delineación naval, procurándome las obras necesarias que lo enseñaran; y cuando me creí, a mi entender, suficientemente capacitado, me atreví a montar un modesto astillero en la llamada Playa de Bajamar y a trazar y construir un primer barco que aparejé de ketch (balandra, entre nosotros), encontrándome al terminarlo y ya en la mar con que reunía las mejores condiciones marineras por mí apetecidas y a la que bauticé con el nombre de “Breñusca”, por haber estado ubicado en la Breña el lugar de su construcción. Posteriormente tracé y construí también dos más pequeños para destinarlos a la pesca, que se llamaron “María del Carmen” uno y “Estrella de Oro” el otro; …”


De proporciones y formas clásicas, la balandra “María del Carmen” de Armando Yanes Carrillo es un ejemplo tardío de la construcción de veleros en las islas, en la foto se muestra en el Puerto de La Luz. Archivos de la Capitanía Marítima de Santa Cruz de Tenerife.

Una balandra muy conocida por sus cualidades marineras, tanto en Lanzarote como en Gran Canaria, fue la “Niña”, construida en Arrecife en 1940 por el carpintero de ribera Santiago Cabrera y vendida a un armador de Las Palmas prácticamente el mismo año. La “Niña” tenía un casco con formas de “mocho”,5 con la roda con su extremo superior vertical y el inferior muy lanzado hacia popa hasta unirse con la quilla.



El casco de la “Niña”, aunque con una amurada (obra muerta) de mayor altura (se usaba ya sólo como pontón, en sus últimos años), muestra sus marineras formas, pareciendo un pequeño yate de recreo. En las fotos se la ve en el varadero en el muelle deportivo de Las Palmas de Gran Canaria, ya sin los mástiles. Foto cortesía de Amalio Barrera Moya.

Aunque las condiciones meteorológicas en la Costa facilitaban la navegación a vela, -la existencia de viento del norte en buena parte del año-, el reemplazo de las velas por los motores, como principal medio de propulsión se aceleró a mediados del siglo XX. Muchos pesqueros que navegaron en sus inicios exclusivamente impulsados por la fuerza del viento instalaron pequeños motores auxiliares primeros y posteriormente máquinas de caballaje suficiente para constituir su medio de propulsión principal.

Un ejemplo lo encontramos en la embarcación “San Isidro”, folio 2218 de la tercera lista de Santa Cruz de Tenerife, construida en dicha ciudad en 1942. Aparejada como balandro en sus orígenes, un solo palo, con más superficie vélica y un aparejo más eficiente para las pequeñas dimensiones de la embarcación, 10.45 metros de eslora, al aumentarle las dimensiones en una primera reforma, hasta 13.40 metros, se arboló de balandra, instalándose primero un motor auxiliar Lister de 18 caballos de potencia. En una segunda reforma se modificó la popa, de redonda a espejo quedando el aparejo de balandra y aumentándose la potencia del motor de 18 a 40 caballos (sobre 1956). 




La embarcación “San Isidro” es un claro ejemplo del cambio de sistema de propulsión principal en las embarcaciones pesqueras a mediados del siglo XX. En la foto superior el “San Isidro” está aparejado como balandro, navegación sólo a vela. En la imagen intermedia se alarga la embarcación y se apareja con dos mástiles más pequeños y velas más manejables, se añade una caseta para albergar el puente y se cierra la popa, se le instala un pequeño motor auxiliar, pero todas las velas están en su posición y envergadas, listas para usarse. En la foto inferior se cambia la popa y se sustituye la caseta por una de dimensiones respetables y muy parecida al diseño que perduró hasta finales del siglo XX, puente a proa y acomodación (camarote o comedor, cocina) a popa de la misma. Ya sólo quedan dos velas envergadas, la mesana, sin botavara y un solo foque, el mástil de proa se dota con una pluma para descargar la pesca desde la bodega/nevera. Archivos de la Capitanía Marítima de Santa Cruz de Tenerife.




Arriba, la embarcación “Santa Genoveva”, balandra motovelero, imagen parcial de la hoja de registro en la que aparece la definición como balandra y el motor instalado, además de la foto. Abajo, la misma embarcación años después, con una modificación similar a la descrita para el “San Isidro”. Archivos de la Capitanía Marítima de Santa Cruz de Tenerife.

En 1948 se construyó en el Puerto de La Luz la embarcación “Isabelita Betancor”, quizás la última balandra de dimensiones, construcción y aparejo clásico (y originalmente sin motor) terminada en Canarias. La embarcación "Isabelita Betancor" se matriculó con el folio 2041 de la tercera lista de Las Palmas de Gran Canaria. Medía 15.26 metros de eslora y arqueaba 23.14 toneladas de registro bruto.


La balandra “Isabelita Betancor”, detrás del bote de vela latina canaria “Porteño”, tiene una lancha costera sobre cubierta. La "Isabelita" fue comprada por el artísta sueco Hans Christian Heinrich Frohlich en 1970 y se le pierde la pista en 1971, cuando llega a Brasi6 . Foto 97521. Fedac. Fotos antiguas de Canarias.

La embarcación “Nicolás Quintana”, construida en Santa Cruz de Tenerife en 1951, puede ejemplificar el fin de las balandras canarias, convertidas en motoveleros, permanecían los mástiles, de menor tamaño, y las velas envergadas y en su posición, pero estaban propulsadas por motores de una respetable potencia para la época, en este caso 50 caballos. En pocos años los mástiles se utilizarían sólo para soportar plumas, facilitar la carga y descarga.


La balandra o motovelero “Nicolás Quintana”, folio 2726 de la tercera lista de la Santa Cruz de Tenerife. Archivos de la Capitanía Marítima de Santa Cruz de Tenerife.

Daniel Rodríguez Zaragoza. 2 de julio de 2019.

Notas:

1.- http://apuntesjdrz.blogspot.com/2016/04/lista-de-naufragios-del-registro-de.html.

2.- Revista Lancelot 644. 11/11/1995. Página 42. Sección “Aquellos Tiempos”. Manuel Betancort Borges.  Cortesía de Juan Pablo Díaz González.

3.- http://apuntesjdrz.blogspot.com/2018/08/una-vida-de-pelicula-breve-historia-de.html

4.- http://apuntesjdrz.blogspot.com/2018/09/la-joven-manuela-de-juan-marrero-medina.html

5.- http://apuntesjdrz.blogspot.com/2016/07/pepin-y-los-mochos.html

6.- https://www.facebook.com/SYisabelitabetancor

Agradecimientos:

Juan Antonio Apraiz Zallo.

Asociación Social y Cultural por la Memoria Histórica Pesquera de Lanzarote “Angel Díaz”

Amalio Barrera Moya.

Juan Pablo Díaz González.

Personal de la Administración Marítima en Arrecife de Lanzarote, Las Palmas de Gran Canaria, Santa Cruz de La Palma y Santa Cruz de Tenerife.

Fredy Tabares González.

Bibliografía asociada:

Cosas Viejas del Mar. Armando Yanes Carillo. 1953. 7 Islas. Depósito Legal. TF-1892/89.

Del blog Puente de Mando de Juan Carlos Díaz Lorenzo:
https://www.puentedemando.com/barcos-del-cabotaje-en-canarias-afortunadas-1958-1973/

Jable. Hemeroteca Digital de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Fedac. Fotos antiguas de Canarias.
















Comentarios

  1. José Daniel, Gracias por mantener la historia de Canarias viva.
    Le quería realizar una pregunta: ¿Sabe o recuerda el barco, velero o balandra que iba a la isla del Hierro en el año 1789?, ¿Existe algún registro?, ¿Dónde lo puedo buscar?.
    Gracias de nuevo.

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    1. Muchas gracias, hacemos lo que se puede con el tiempo disponible. Respecto a su consulta le adelanto que mis principales fuentes de información son los Registros de buques y la prensa de la época, así pues el alcance de mis investigaciones rara vez abarca más atrás del siglo XIX. Se me antoja que las únicas fuentes de información que podrían existir serían los documentos presentes en los archivos históricos provinciales o insulares. La única colección privada que conozco con información relacionada con el tráfico marítimo y que sí abarca el siglo XVIII es la de Carlos Cologán, de Tenerife. Espero que la información pueda servirle de ayuda. Un saludo!

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