La buceta 2026

La palabra “buceta” en las islas ha dado para mucho, desde poner motes, “por ahí va fulanito el buceta”, a nombrar bares, como uno que existía cerca de la Biblioteca Insular de la ciudad de Las Palmas, pero lo curioso es que muy poca gente sabe lo que es con exactitud. 

Si buscamos el término “buceta” en el Diccionario de la Lengua Española el lector quedará sorprendido al ver que no encontramos dicha palabra. Si rastreamos en internet prefiero no decir lo que nos podemos averiguar, mejor apartarse de ese camino por la similitud con una palabra portuguesa de significado obsceno. Los “mayores” del muelle siempre me hablaron de las “bucetas” como un tipo de embarcación a remo que existía en el ámbito portuario, así que seguí investigando en la búsqueda de una definición válida, ajustada a la realidad, de la misma.

Con la pista de que la palabra podía ser de origen portugués, y conociendo la cantidad de portuguesismos que hay en el léxico marinero canario, consulté el “Diccionario Etimológico de los Portuguesismos Canarios” del experto Marcial Morera y sí aparece el término, define la embarcación como una “pequeña embarcación auxiliar, con fondo plano y proa y popa chatas” o “…pequeño bote de remo y de vela que se usa mucho en los puertos gallegos y cuya popa es de la misma forma que la proa”. Estas definiciones, aunque más detalladas, tampoco me cuadraban con los que me habían dicho los “entendidos” acerca de las formas, dimensiones y características de las bucetas del Puerto de La Luz. Lo definido se ajustaba más a una "chalana" o una “gemela” (embarcación a la que dedicaremos una entrada en el futuro), circunscribiendo además el uso del término a las islas de Lanzarote y Fuerteventura.


www.fedac.org. Detalle inferior derecho de la foto 03557. En la parte inferior de la foto podemos observar una buceta de perfil.

A sabiendas de que existía un tipo de embarcación con ese nombre en Galicia, acudí al libro “Guía de las embarcaciones tradicionales gallegas”, de Jesús Blanco, que define la buceta como un bote de dos proas, “…se trata de una embarcación de extremos simétricos, en cuya construcción, que es de tope, se buscaba una cierta ligereza y, por tanto, facilidad de manejo.” La publicación las ubica entre las rías de Muros y Fisterra. Siendo esta una definición más ajustada para definir la buceta que navegaba, como embarcación auxiliar o de recreo, en el Puerto de La Luz. El estupendo libro “Cosas Viejas del Mar”, de Armando Yanes Carrillo, de lectura imprescindible para los amantes de la historia marítima canaria, en su página 392, entre otras, habla de la buceta, en el puerto de Santa Cruz de La Palma, refiriéndose a ella como un pequeño bote para transportar personas a los barcos fondeados.


Registro de Buques de Las Palmas. Primera buceta registrada en la lista cuarta. Año 1891.

La buceta que existía en el Puerto de La Luz y en la ciudad de Las Palmas, y digo existía, porque me parece que no queda buceta alguna, era una embarcación similar a la gallega, tal y como se define en el libro de Jesús Blanco, construida en madera de un modo sencillo y ligero, de dos proas, sin cubierta, o como mucho con un par de pequeñas cubiertas en los extremos, preparada para varios remos, dependiendo su número de las dimensiones, con varios bancos, tablazón a tope (como todas las embarcaciones construidas en Canarias), y de dimensiones reducidas, pensadas para una tripulación de 1 a 3 personas. Su utilización era como auxiliar, principalmente en el servicio del puerto o también con usos pesqueros, en menor medida y siempre en aguas interiores o cercanas a la costa. También se hicieron populares para el juego o el recreo, para paseo o pesca deportiva con caña o liña.

Las dimensiones principales, tomadas del Registro de Buques de Las Palmas, eran, salvo excepciones, las siguientes:

Eslora: de 3 a 5 metros.
Manga: de 1.20 a 1.65 metros.
Puntal: de 0.4 a 0.6 metros.

Su perfil longitudinal se distinguía por su proa recta y prácticamente vertical (que con un arco de circunferencia se unía a la quilla, es decir, proa de bote) siendo la popa también recta  pero con “tiro” o inclinación, no era vertical, uniéndose con la quilla con un vértice, sin arco alguno. En planta destacaba su similitud entre la proa y la popa y las secciones eran de pantoque redondo y en algunas con una pequeña inflexión en la quilla, el “pie quebrado”. En la entrada anterior también podemos ver también una buceta, en la foto en la que aparece el bote de mi bisabuelo, el 1821, justo al lado.




Colección Francisco Pérez Rodríguez "Tito". La buceta "Ana Celis" en las inmediaciones del barrio de San Cristobal aparejada con vela latina. Circa 1970.

El término “buceta” aparece por primera vez en el Registro de buques de Las Palmas en 1891. A modo de ejemplo, hemos elegido la buceta 2026 (por ser la embarcación el folio 2026 de la lista tercera del Registro de Buques de Las Palmas) para ilustrar la embarcación de la que estamos hablando. Esta pertenecía a un buen amigo mío, Francisco Pérez Rodríguez “Tito”, habilidoso maquetista y lutier del sur de la ciudad de Las Palmas. La buceta se construyó en 1935 en Las Palmas, por el carpintero de ribera local Francisco Hernández Ortega. Entre 1937 y 1975 tuvo 8 cambios de propiedad (su valor paso de 200 pesetas a 15000 pesetas), dos cambios de lista, de la tercera (pesca) a la cuarta (servicio portuarios) y vuelta a la tercera, y dos cambios de nombre, primero se llamaba “Candelaria” y más tarde “Ana-Celis”.



Colección Francisco Pérez Rodríguez "Tito". Cuidado del casco de la buceta "Ana Celis" probablemente en la playa de Cardoso. Circa 1970.

Probablemente en algún momento de su vida la “cambiaron”, puesto que menguó, como se aprecia en las fotos, desde sus dimensiones originales que eran 4.35 metros de eslora, 1.55 metros de manga y 0.55 metros de puntal. En la década de los 70 del siglo XX se le adaptó un palo y una vela latina, como a muchas embarcaciones en las inmediaciones del barrio de San Cristobal. Se puede decir que la buceta 2026 reunía todas las características que definían a este tipo de embarcación.

Esta es la pequeña historia de una sencilla embarcación que desapareció de nuestra historia marítima sin dejar apenas rastro, tal y como llegó a nuestras aguas, probablemente desde Galicia, de un modo discreto y humilde, no podía ser de otro modo. DRZ. 11/04/2016.

Bibliografía:
“Diccionario Etimológico de los Portuguesismos Canarios”. Marcial Morera. Cabildo Insular de Fuerteventura. 1996. ISBN 84-87461-48-4.
“Guía de las embarcaciones tradicionales gallegas”. Jesús Blanco. Edicions Nigra Trea S.L. 2009. ISBN 978-84-95364-87-6.
“Cosas Viejas del Mar”. Armando Yanes Carrillo. Carlos Yanes Carrillo. Librería Cervantes. 2003. Depósito Legal: TF-1892/89.

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