Pepín y los "mochos".

Antes de que entrara a la barbería de Pepín yo no sabía lo que era un “mocho”.  Agustín Jordán Romero, carpintero de ribera de Arrecife y un gran divulgador de las técnicas  y conocimientos propios de la profesión, me había comentado algo, pero fue en el local de Don José, “Pepín”, Tabares Dorta donde comprendí que era un “mocho” y de donde venía dicha denominación. En la barbería de la céntrica calle Inspector Luis Martín de Arrecife de Lanzarote “Pepín” lo mismo te hacía el corte de pelo, que trazaba un “mocho” en su mesa de trabajo, que aparejaba una de las maquetas que tenía a medio hacer, o que te comentaba anécdotas de sus conocimientos de navegación astronómica. Persona polifacética, sin lugar a dudas, Pepín no dejaba de sorprenderme. A la vista de una maqueta me explico con detalle, y con la pasión que le caracteriza en todo lo que hace, las cualidades del casco de un “mocho”.


Maquetas en la Barbería de Pepín Tabares Dorta. En la esquina superior derecha se observa un medio modelo de un “mocho”. DRZ. 2010.

Al ver los cascos de las goletas me acordé de aquella película que vi de pequeño (y ya de adulto de nuevo), “Capitanes Intrépidos”, con Spencer Tracy, film que tenía unas magníficas escenas de embarcaciones pesqueras de los Grandes Bancos de Terranova regateando en mar abierto. También rememoré la maqueta que hizo mi padre, reproducción del “Bluenose”, goleta de pesca y de regatas muy famosa de Nueva Escocia, que pescaba también en los Grandes Bancos.


Maqueta del casco de un “mocho” en la biblioteca de la Escuela de Arte Pancho Lasso (Antigua Escuela de Artes y Oficios de Arrecife de Lanzarote). DRZ. 2010.

Después de consultar la biblia de las goletas pesqueras del litoral Este americano “The American Fishing Schoooners 1825-1935” de un investigador indispensable para cualquier biblioteca marítima que se precie, Howard I. Chapelle, descubrí que a los primeros barcos que se hicieron con la quilla curvada y con el calado decreciente hacia proa y con la proa o roda redonda se les denominaba “Indian Headers” en referencia a que los primeros, que fueron diseñados por Thomas F. McManus (curiosamente empezó como diseñador amateur alrededor de 1892), eran barcos que tenían nombres indios (americanos). Hasta aquellas fechas se diseñaban las goletas de pesca al estilo de la época, con quillas rectas, como mucho con calado decreciente a proa y proas de “violín”, o de “clipper”. (es decir con la misma proa del clásico pailebot canario, con doble curvatura)


Casco, plano de formas, de un “Indian Header”. “The American Fishing Schoooners 1825-1935”. Howard I. Chapelle

El primer “Indian Header” fue construido en 1898. Las embarcaciones resultaron muy buenas navegando a vela aunque tenían la desventaja de perder capacidad de carga en comparación con aquellas con la quilla continua y horizontal a lo largo de toda la eslora de la embarcación. Las mejores características para la navegación a vela de los “Indian Headers” derivaron en nuevos diseños más perfeccionados, está vez con la quilla dividida en dos partes rectas bien diferenciadas, una horizontal y otra con “tiro” o inclinación hacia proa, aunque con la roda redonda o “mocha”, al igual que los “Indian”, y cuyo exponente más famoso fue el ya citado “Bluenose”, más conocido por sus victorias en las regatas que por su bondad en las faenas pesqueras.


Casco, plano de formas, del “Bluenose”. “The American Fishing Schoooners 1825-1935”. Howard I. Chapelle

Se importaron a España algunas goletas de aquella zona, en Canarias, por ejemplo, trabajó en las faenas pesqueras en la costa de África la “Cecil H. Low”, rebautizada como “Fuerteventura”, que se construyó en Essex, Massachussets, en 1882, aunque no era un “Indian Header”. Quizás fuera esa permeabilidad atlántica la que estuviera detrás del diseño del “Francisca Ortega”, alias “El Mocho”, construido en 1931 en Santa Cruz de Tenerife por  el carpintero de ribera Antonio Quintana.

La goleta “Francisca Ortega”, el “mocho”, en el varadero de Puerto Naos.


La goleta “Francisca Ortega”, el “mocho”, fondeada cerca de la costa de Lanzarote. En el curso de la investigación realizada no se ha podido determinar que a la embarcación se le cambiara el nombre por el de “Añaza” tal y como cita la página "Memoria de Lanzarote", de hecho no consta cambio de nombre en el Registro de buques hasta que se solicitó la baja en 1967.


El popularmente conocido en Lanzarote como el “Mocho”, el “Francisca Ortega”, debía ese nombre por ser la esposa del constructor. Tenía un arqueo bruto de aproximadamente 41 toneladas y estaba aparejado de goleta. Los primeros años los pasó navegando desde Santa Cruz de Tenerife a los caladeros de la costa de África, pero posteriormente se vendió a Lanzarote, siendo su armador era Fermín Rodríguez Bethencourt. Se conocen varias reformas, la modificación de la forma de la proa para mejorar la navegación y acortar la longitud de los palos (1,50 metros el de proa y 1.25 metros el de popa, en 1954). En 1967 se solicitaba la baja del mismo en la lista tercera de Santa Cruz de Tenerife.

Desgraciadamente Pepín Tabares Dorta se jubiló hace unos años y cerró la Barbería, las veces que fui me sorprendía ver la cantidad de gente que pasaba por allí y se interesaba por las maquetas que exhibía. Pepín siempre les comentaba algo relacionado con el rico patrimonio marítimo de Lanzarote.  Con la abundante historia costera de la isla me sorprende que no exista todavía un museo que la muestre y la explique para las generaciones venideras. DRZ.  06/07/2016.

Agradecimientos:

José (“Pepín”) Tabares Dorta.

José Antonio Noda Suárez.

Agustín Jordán Romero.

Julián Alfageme Morales.

Bibliografía.

“The American Fishing Schoooners 1825-1935”, Howard I. Chapelle, W.W. Norton & Company, Inc. 1973. ISBN 0-393-03755-X.


Comentarios

Publicar un comentario