¡No la vendo ni por dos millones!

Con esa frase me respondió el dueño de la pequeña embarcación de la foto a mi proposición de compra, pero ya estaba claro que, como en otros muchos casos, el dueño tenía una especial relación con la chalana, mimándola con esmero, pintando, acariciando  sus piezas de madera, protegiendo los elementos de roce, cuidando cada detalle, muchos momentos compartidos, seguro, muchas vivencias y recuerdos.


La "Morgan" en la rampa del Muelle Deportivo de Las Palmas de Gran Canaria. DRZ-2017.

A la “chalana de fondo bote”, que así se denominan en Las Palmas, ya le había echado yo el ojo desde hacía días, estaba en la rampa del Muelle Deportivo, me gustaron desde el primer momento sus proporciones y sus equilibradas líneas, el suave arrufo, la delicada curva de la quilla y el exacto “tiro” de la roda. La posición del codillo me resultaba acertada, la “Morgan” no parecía la embarcación ni muy “falsa” ni muy “trompuda”.


Chalanas de fondo bote en la Puntilla, Playa de Las Canteras. DRZ-2011.

Más me gustó cuando le pregunté a su dueño que quién la había construido y me contestó que había sido “Momito”, porque “Momito” era el mote que tenía mi abuelo en aquel Puerto de La Luz de la mitad del siglo XX.


"Momito" en un listado de cambulloneros. Nació en 1903, hizo la "Morgan" con 67 años.

“Momito”, Jerónimo Zaragoza Álamo, era a veces cambullonero, a veces carpintero de ribera, y a veces hacía gallegadas, según me han contado.  José Hernández, “El Pelón”, tripulante de la vela latina canaria y uno de los últimos cambulloneros del Refugio siempre me comenta que mi abuelo construía muy buenas chalanas de fondo bote ¡y sí qué era cierto! Sin embargo no era el único en estas tareas, Amalio Barrera Moya también me enumeró a Juan del Pino y a Tomás Flores como hábiles carpinteros de ribera en la construcción de estas sencillas embarcaciones.

La “chalana de fondo bote” fue una digna sucesora del elegante bote de cambullón y de la buceta. Aparecieron en la década de los 60 del siglo XX. La “Morgan”, según su dueño, tenía 46 años, se construyó en 1970.

La chalana de fondo bote se diferenciaba de la normal, de la chalana clásica de fondo plano, en que las cuadernas se levantaban para tener un fondo en V, haciéndola más marinera y más eficiente navegando.

Su sencillez de construcción abarataba los costes y su espejo estaba preparado para fijar un pequeño fueraborda para propulsar la embarcación que, sin embargo, nunca se desprendió de los remos, tan socorridos cuando al motor le daba la real gana de no arrancar. En el casco de la “Morgan” los tambuchos de proa y popa, los bancos, las panas, las chumaceras y una malagueta completan su sencilla disposición general.

Mi abuelo, que hacía las embarcaciones en la Playa de San Rafael, en el Refugio, en un pequeño local que compartía con otro carpintero de ribera, Guillermo Brito Santana, según recordaba  mi padre (y al que él me llevó un par de veces cuando mi abuelo estaba haciendo un barquillo, no sé si “El Catalán” (*), embarcación que algunos todavía recuerdan en la Puntilla), también hizo el diseño de alguna falúa, embarcación de pesca algo más grande que el barquillo y con la popa redonda, normalmente con motor intraborda.


Las plantillas de las falúas diseñadas por mi abuelo. DRZ - 2013.

Las plantillas de las falúas de “Momito” las heredaron los hermanos Antonio y Juan Rodríguez, carpinteros de ribera primero radicados en las inmediaciones del edificio de la casa Miller y que posteriormente tuvieron muchos años una carpintería de ribera situada al lado del edificio de la Cruz Roja, en el muelle deportivo de la ciudad. La carpintería de ribera se cerró, desgraciadamente, una más, y el hijo de Antonio, Roque Rodríguez, me enseñó un día aquellas plantillas de las falúas de mi abuelo, almacenadas junto a mucha maquinaria y recuerdos de antaño, en una nave de un negocio de chatarra situado en El Sebadal.

Es una pena que esos objetos, muestra de tanto esfuerzo, de una hermosa profesión, acaben en cualquier altillo o trastero, a la espera de ser llevados, de un momento a otro, al vertedero.


La "Morgan" y su atento dueño. DRZ - 2017.

Al menos todavía tenemos “chalanas de fondo bote”, unas cuantas en La Puntilla, en Las Canteras, (cada vez menos) y otro puñado de ellas en el Muelle Deportivo de Las Palmas de Gran Canaria.


Una bonita "chalana de fondo bote" en La Puntilla. Las Canteras. DRZ-2011.

26/01/2017. Daniel Rodríguez Zaragoza.

(*) Mi bisabuelo, también cambullonero, y padre de “Momito”, era Jerónimo Zaragoza Torregrosa, de Torrevieja, Alicante y quizás de ahí le venga el nombre al barquillo.


Mi bisabuelo, cambullonero, uno de tantos inmigrantes que llegaron a trabajar al Puerto de La Luz a finales del siglo XIX o principios del XX.


Agradecimientos.

Amalio Barrera Moya.

José Hernández, el “Pelón”.

Antonio y Roque Rodríguez.

Rafael, el dueño de la chalana. (que amablemente accedió a que la midiera para sacarle los planos)


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