Las balandras canarias, 1889-1905 (1).
La balandra “Añaza” o “Santa Cruz
de Tenerife” (en la época de la posguerra), fue una de las primeras construidas
en Canarias con aparejo de “ketch”. Foto de la Asociación Social y Cultural
por la Memoria Histórica Pesquera de Lanzarote “Angel Díaz”. Cortesía de Juan Pablo
Díaz González.
Podemos definir cuatro tipos
principales de embarcaciones documentadas como habituales y comúnmente
utilizadas en la pesca en la Costa de África durante el siglo XX. En concreto
los mismos eran:
- Pailebots.
- Balandras.
- Balandros.
- Lanchas costeras.
De los cuatro tipos citados los
tres primeros correspondían a las embarcaciones de pesca de altura y el cuarto
tipo, las lanchas costeras, eran embarcaciones auxiliares. Anteriormente, durante
y hasta mediados y el último cuarto del siglo XIX, los bergantines goletas eran
las embarcaciones más utilizadas para la pesca en la Costa. Poco a
poco serían desplazados por las goletas y éstas finalmente por los balandros y
las balandras.
Los tipos de embarcaciones se
diferencian principalmente por su aparejo, o lo que es lo mismo por la
disposición de las velas y la arboladura, además de por otros rasgos genéricos
en los cascos.
En los Registros de Buques del
siglo XIX a veces se pueden confundir los términos “balandro” y “balandra”, al
menos hasta 1885, siendo las dos embarcaciones de un solo mástil. De hecho, el
“Diccionario Marítimo Español” de 1864 define balandra como una embarcación de
un solo palo, una vela cangreja y un solo foque y un balandro como una balandra
pequeña. En inglés la embarcación quedaría definida como “sloop” o “cutter”.
El mismo diccionario de mediados
del siglo XIX establece como “queche” (“ketch” o “smack”) una embarcación
holandesa con proa similar a la popa, sin lanzamientos, con palo mayor y mesana
y con orzas de deriva.
Si consultamos Wikipedia el
aparejo de “ketch” o “queche” se relaciona un tipo de embarcación denominada
“galiot” (“galeota”), que en el norte de Europa tenía fondos planos, la proa
similar a la popa y orzas de deriva, y se dedicaba al cabotaje en el Mar del Norte
y en el Mar Báltico (definición parecida a la del Diccionario de 1864). Estas "galeotas" navegaron entre el siglo XVII y XVIII siendo desplazadas por las “goletas” y
los “bergantines-goletas”, que arbolaban aparejos más eficientes en el tráfico
costero que los primeros queches.
1859. Registro de Buques de la
Capitanía Marítima de Santa Cruz de Tenerife. Asiento de la embarcación denominada
“Mensajera”, tipificada como balandra. Hoy sabemos por la colección de planos
de sus constructores, los Arozena, que existe en La Palma, que arbolaba aparejo
de balandro, con un solo palo.
Sobre 1881, la Sociedad de
Pesquerías Canario Africanas, con sede en Madrid, construyó tres barcos para
que se dedicaran a labores pesqueras en la Costa de África. Las embarcaciones se matricularon en Las
Palmas con los folios 232, 233 y 234 de la tercera lista y se denominaban
“Viera y Clavijo”, “Pleuronecta”, y “Sahara”, construida la primera en Leith,
Escocia y las otras dos en Plymouth, Inglaterra. Estas embarcaciones fueron las primeras balandras que navegaron en las islas.
En las hojas del Registro de Buques
de la Capitanía Marítima en Las Palmas, del año 1883, a las tres embarcaciones citadas
en el párrafo anterior se le denominaron pailebots “dandy” (foto superior, -se
explica el término “dandy” a continuación-), sin embargo, diez años después, en
1893, ya se conocían como balandras (foto inferior), prueba de que se había
popularizado el término "balandra" en las islas.
La balandra “Sahara”, que fue la
más longeva de las referidas, tenía 20.05 metros de eslora, 5.52
metros de manga y 2.68 metros de puntal y ya en 1884 se vendió en Arrecife de
Lanzarote a Saturnino Miranda Torres, armador que un año después se la traspasaba
a Tiburcio Miranda Cabrera. En 1919 pasaría al folio 86 de la segunda lista
-cambio de actividad, cabotaje- de la matrícula de Las Palmas, siendo su nuevo
dueño Miguel Curbelo Espino, vecino de Las Palmas. La balandra se perdió a las
20 horas 10 minutos del 11 de noviembre de 1930 a una escasa milla al NE de la
Isleta, Gran Canaria, abordada por el vapor “Santa Eulalia”.
En 1889 se documenta la que puede
ser la primera balandra construida en Canarias, la “María Teresa del Castillo”,
construida en Las Palmas de Gran Canaria por el carpintero de ribera Manuel
Miranda Romero, embarcación de corta vida que se perdió en 1902 en las costas
de África. Archivo del Registro de Buques de Las Palmas.
Un año después el maestro carpintero de ribera Manuel
Marqués construyó, en 1890, y también en Las Palmas, la balandra que perdura de
manera más vívida en la memoria de nuestro patrimonio marítimo, sobre todo en
la isla de Lanzarote, la “Añaza”.
La balandra “Añaza” fue
matriculada con el folio 44 de la segunda lista de la matrícula de Santa Cruz
de Tenerife. Tenía 15.50 metros de eslora, 5.05 metros de manga y 2.27 metros
de puntal, 32.71 toneladas de registro bruto, 74 toneladas de desplazamiento
máximo y una capacidad de carga de 41 toneladas. Se matriculó en la lista segunda,
correspondiente al tráfico de cabotaje, no obstante, constaba la existencia de un vivero
para el mantenimiento de la pesca. Archivos del Registro de Buques de la Capitanía
Marítima de Santa Cruz de Tenerife1.
Años después quedaría consolidada
la tipología y la denominación en la publicación histórica más exhaustiva de
principios del siglo XX, “Diccionario de artes de pesca
de España y sus posesiones”, de 1923. El documento ya diferencia cuatro
embarcaciones, aunque a las lanchas costeras las denomina falúas. El diccionario
tiene algunos errores y contradicciones, pero ya define la balandra “…con palo trinquete…y a popa otro palo
pequeño…”, o lo que es lo mismo es un aparejo que tiene un palo o mástil mayor
a proa, con vela cangreja y un palo menor a popa, igualmente denominado de mesana,
también con vela cangreja.
Desconocemos porqué se introdujo
el cambio local de denominación que diferenció en Canarias el término balandro,
para barcos con aparejos de un solo palo, en inglés “sloop”, y balandras, para embarcaciones
con aparejos de dos palos, mayor y mesana, equiparables a un “ketch”, o
“queche”, como definía en Diccionario de 1864, aunque ya sabemos, como se ha
expuesto, que ocurrió entre 1883 y 1887.
Quizás dicha consideración provenga
del distinto tamaño de las embarcaciones, balandros menores y balandras
mayores, que ya se refería en el “Diccionario Marítimo Español” de 1864, pero lo
cierto es que durante todo el siglo XX esa denominación de “balandra” sería la
predominante en los Registros de Buques de Canarias.
El “Diccionario de artes de pesca de España y sus
posesiones” también diferencia los tipos de barcos por su tamaño: “el pailebot tiene, generalmente, de 45 a 80
toneladas; el balandro, de 25 a 30; la balandra de 50 a 100, y las falúas son
de unas 10 toneladas cada una”, quedando de este modo más clara la
diferenciación entra balandros y balandras.
Imagen parcial del “Diccionario
de artes de pesca de España y sus posesiones”, 1923, que incluye estadística
del número de embarcaciones.
Mucho después la prestigiosa
publicación “Pesqueros Españoles” de Juan Carlos Arbex, distinguía claramente
las diferencias de aparejo entre los pailebots, los balandros y las balandras y
apuntaba a su origen europeo.
Dibujo de la
publicación “Pesqueros Españoles” de Juan Carlos Arbex mostrando los tipos de veleros
de pesca de altura canarios.
De modo breve se ha introducido
anteriormente el hecho de que el término “balandra” para definir a un “ketch” se utiliza y
recuerda casi con exclusividad en las Islas Canarias, pero otro asunto muy
distinto es valorar si la embarcación en si misma se puede considerar como
autóctona canaria.
Así como estaría más claro
definir al “barquillo” (o “barquito” o “bote”) como autóctono canario, las
balandras canarias son muy similares a embarcaciones pesqueras y profesionales del
norte de Europa.
Si conocemos que las islas
estaban fuertemente influenciadas por los intereses económicos británicos y
alemanes no sería difícil de entender que aquel “queche” holandés ya citado, en
el Mar del Norte y el famoso “Dandy” escocés que dio nombre a los “Dundees”
franceses y que aparecía en los asientos de los barcos importados en 1883, pudieron
derivar en el más parecido precedente de nuestras balandras, el famoso arrastrero
de la sureña localidad británica de Brixham, o “Brixham Trawler.
Imagen del libro “Traditional Fishing Boats of
Britain and Ireland”, arrastrero de Brixham.
Los diseños de las embarcaciones
construidas en el Reino Unido en las últimas décadas del siglo XIX son muy
similares a los canarios construidos años después, de acuerdo con la cronología
que se ha mostrado, es decir, aquellos “pailebot dandy” bien pudieran haber
dado paso a nuestras “balandras”.
Aunque los “smacks” ingleses,
como también se denominaban, empezaron a construirse alrededor de 1840, pero
fue en la década de los 80 del siglo XIX cuando se generalizó el uso del
aparejo de “ketch” en el norte de Europa para usos profesionales. (Fuentes bibliográficas: “Traditional
Fishing Boats of Britain and Ireland”; “The Gaff Rig Handbook”)
En Dinamarca se dedicaban a la pesca durante finales
del siglo XIX embarcaciones similares, denominadas “Galease”, término que nos
recuerda al ya referido “Galiot”, mientras que en Alemania desde el último
cuarto del siglo XIX las balandras eran comunes y algunas se conservan en la
actualidad (Fuente bibliográfica: https://historischer-hafen.de).
La embarcación pesquera “Ora et
Labora”, construida en Alemania en 1887, se conserva en la actualidad en aguas de Lanzarote. https://historischer-hafen.de.
Embarcaciones aparejadas de
balandra también se usaban como prácticos en los puertos del norte de Europa,
en Inglaterra, Bélgica y Holanda, desde 1875 hasta principios del siglo XX.
Muchas embarcaciones de trabajo también cambiaron de aparejo de balandro a
balandra por ser este último más manejable.
(Fuentes
bibliográficas: “Pilots. Volume 2. Schooners and Open Boats of the European Pilots
and Watermen”; “Pilot Cutters Under Sail”)
“Smack” o “ketch” usado para el practicaje
en Inglaterra. “Pilots. Volume
2. Schooners and Open Boats of the European Pilots and Watermen”.
Las balandras canarias
adquirieron incluso mayor popularidad cuando las embarcaciones langosteras de
la localidad bretona de Douarnenez empezaron a frecuentar los caladeros
mauritanos haciendo muchas veces escala en las Islas Canarias en sus viajes de
ida y vuelta, sobre todo a partir de 1905. Las embarcaciones bretonas eran
llamadas en general “dundees”, probablemente por aquellos “dandys” escoceses
que citamos anteriormente. (Fuente: “Ar Vag. Voiles au travail en Bretagne
Atlantique”).
Aunque los aparejos de los langosteros
franceses eran similares las embarcaciones mostraban alguna diferencia
apreciable, sobre todo por el mayor lanzamiento de las rodas. Imagen del libro « Ar Vag. Voiles au travail
en Bretagne Atlantique »
En Francia los “dundees”, se
popularizaron desde 1880 y hasta la Segunda Guerra Mundial, “dundees” de
Nord-Pas-de-Calais; de Boulogne, Fecamp, de la Vendee y la Rochelle, de
Concarneau, etc., dedicados a la pesca del arenque, langosteros y atuneros -aunque no todos eran estrictamente “ketchs” 2 –, navegaron realizando
labores pesqueras. (Fuente: "Guide des Voiliers de Peche")
Imagen de la « Guide des Voiliers de Peche ».
Del año en el que aparecen en nuestras aguas los langosteros franceses, 1905, data la
balandra canaria “Joven María del Pino”, construida en Las Palmas por el maestro
carpintero de ribera Camilo Miranda, embarcación que medía 15.48 metros de eslora, 5.15
metros de manga y 2.57 metros de puntal. La balandra se matriculó con el folio 506 de la
tercera lista de Las Palmas de Gran Canaria.
Balandra “Joven María del Pino”. Foto
de la Asociación Social y Cultural por la Memoria Histórica Pesquera de Lanzarote
“Angel Díaz”. Cortesía de Juan Pablo Díaz González.
El rendimiento del aparejo de
“ketch” no tenía buena fama a finales del siglo XIX, Dixon Kemp en su libro “A Manual of Yacht and Boat Sailing” de 1900 lo definía
como un aparejo raramente usado salvo por costeros y que tenía todas las
desventajas del aparejo de goleta y ninguna de sus ventajas.
Lo cierto es que, aunque el
aparejo era menos eficiente, sobre todo contra el viento en comparación con el
aparejo de balandro o el de goleta, tenía cualidades que lo hacían imbatible en
la época para usos profesionales:
- Se fraccionaba el aparejo en velas más pequeñas lo que hacía que fueran más manejables y se necesitara menos tripulación que la requerida para goletas de tamaños equivalentes.
- Las dimensiones de la arboladura y de sus velas, en conjunto, eran proporcionalmente menores que para una goleta o balandro de dimensiones equivalentes, lo que hacía que las embarcaciones fueran más estables, seguras y navegables, sobre todo para usos profesionales.
- La disposición de las velas y su tamaño equilibrado permitía que las embarcaciones tuvieran una maniobrabilidad mejorada.
- Las dimensiones de la arboladura y de sus velas, en conjunto, eran proporcionalmente menores que para una goleta o balandro de dimensiones equivalentes, lo que hacía que las embarcaciones fueran más estables, seguras y navegables, sobre todo para usos profesionales.
- La disposición de las velas y su tamaño equilibrado permitía que las embarcaciones tuvieran una maniobrabilidad mejorada.
Se puede afirmar que las relaciones entre las
dimensiones principales de las embarcaciones que hemos citado, las horquillas
de tamaño y la proporción del aparejo con el casco presentan una cierta
similitud, en general, si comparamos las balandras europeas y las canarias, al
menos durante el periodo estudiado en este artículo, finales del siglo XIX y
principios del siglo XX. La popa de espejo o “cuadrada” y las rodas verticales
completaban la tipología de las embarcaciones. Esta similitud con las europeas y la relativa homogeneidad de las características de las embarcaciones canarias se atenúa con el
paso de los años, como veremos en el próximo artículo de la serie.
Daniel Rodríguez Zaragoza. 29.05.19.
Agradecimientos.
Asociación Social y Cultural por la Memoria Histórica Pesquera de Lanzarote “Angel Díaz”.
Juan Pablo Díaz González.
Capitanías Marítimas de Santa Cruz de Tenerife y de Las Palmas de Gran Canaria.
Notas:
1.- Las dimensiones que aparecen en
la imagen se corrigieron posteriormente por las Autoridades de Marina.
2.- No todos los “dundees” franceses
tenían estrictamente aparejos de “ketch”, algunos se pueden considerar con aparejos tipo “yawl”, definiéndose
estos últimos como aquellos en los que el palo de mesana está a popa del eje del
timón, siendo la vela mesana de menores dimensiones que la de un "ketch" equivalente.
Bibliografía.
1. Registros de Buques de la Administración
Marítima en las Islas Canarias.
2. “Dicccionario Marítimo Español”. D. José de Lorenzo; D. Gonzalo de Murga; D. Martín Ferreiro. 1864. Establecimiento Tipográfico de T. Fortanet. Madrid.
3. “Diccionario de artes de pesca de España y sus posesiones”, Beningno Rodríguez Santamaría. 1923. Fácsimil realizado por la Consellería de la Xunta de Galicia. 12/2000.
4. “Pesqueros Españoles”. Juan Carlos Arbex, 1987-2004, Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Secretaría General Técnica. ISBN 84-491-0610-9.
5. “Traditional Fishing Boats of Britain and Ireland”. Mike Smylie. 1999. Amberley Publishing. ISBN 978-1-4456-0252-3.
6. The Gaff Rig Handbook. John Leather. Adlard Coles Nautical. 1970-2009. ISBN 978-1-4081-1440-7.
7. https://historischer-hafen.de.
8. Ar Vag. Voiles au travail en Bretagne Atlantique. Bernard Cadoret; Dominique Duviard ; Jacques Gillet; Henry Kérisit. Editions de L’Estran. Douarnenez. 1987. ISBN 2-903707-09-6.
9. Guide des Voiliers de Peche. Le Chasse-Marée. ISBN 2-903708-97-5.
10. Pilots. Volume 2. Schooners and Open Boats of the European Pilots and Watermen. Tom Cunliffe. 2002. Chatam Publishing. ISBN 1 86176 219 4.
11. Pilot Cutters Under Sail. Tom Cunliffe. Seaforth Publishing. 2013. ISBN 978 1 84832 154 0.
12. A Manual of Yacht and Boat Sailing. Dixon Kemp. Brooke Heckstall Smith. 1900. Kessinger Legacy Reprints.
Muy buen trabajo
ResponderEliminarMuchas gracias, un saludo!
ResponderEliminarBuen trabajo, felicidades!
ResponderEliminarSobre pailebots o pailebotes, ver: https://www.navegar-es-preciso.com/news/pailebots-o-pailebotes-de-cabotaje-o-gran-cabotaje-en-el-mediterraneo-occidental-durante-los-siglos-xix-y-xx/
Muchas gracias por los ánimos y por el enlace!!!
ResponderEliminarEnhorabuena por estos artículos, que me dan pie a hacer una petición: me gustaría incorporar a mi colección de embarcaciones de trabajo y pesca en miniatura (se puede ver en barcosbaron.wordpress.com) una balandra canaria, para lo cual necesitaría algún un plano de formas de líneas de agua del casco. Dispongo de documentación, a través de Chasse-marée, de los Smacks y de los Dundées, pero de las balandras canarias, además de estos interesantes artículos, sólo tengo los dibujos de Juan Carlos Arbex, tanto los de su libro “Pesqueros españoles” como la lámina correpondiente e a un balandro de un calendario que hizo con diversos tipos de embarcaciones de pesca de nuestro país. Cualquier in formación adicional será más que bienvenida.
ResponderEliminarBuenos días, muchas gracias por su comentario, he visto su trabajo, le felicito. En relación a la documentación que solicita, desgraciadamente, a día de hoy, no tenemos planos de nuestras balandras, aunque si es verdad que estamos trabajando en recuperar las formas de las embarcaciones que se hicieron en la isla de Lanzarote sobre 1920 a través de medios modelos existentes, no obstante, el asunto está muy verde y necesito tiempo para procesar la información. Aunque muchas balandras fueron importadas, de UK principalmente, no cabe duda que durante años se "personalizaron" en Canarias creándose un diseño propio que es aquel sobre el que estamos investigando. Un saludo!
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