Los barcos palmeros de Cuba. 1825-1850.
Uno de los barcos construidos en La Palma
para el cabotaje en aguas de la isla de Cuba. Imagen publicada en el libro “La
Palma en la Ruta de los Veleros” de Juan Carlos Díaz Lorenzo.
Introducción.
El presente artículo aborda un aspecto que
resalta la fuerte relación comercial y social que existía entre la isla de La
Palma, sus constructores navales, y Cuba, más en concreto con ciudad de La
Habana.
Fue en el segundo cuarto del siglo XIX cuando se documenta la existencia de una actividad comercial
creciente y notoria. Actores de los dos lados del Atlántico estrecharon sus
vínculos para no sólo comerciar exportando e importando productos originarios
de unas islas tan distantes, sino para construir barcos mercantes expresamente
para el tráfico de cabotaje en la isla de Cuba y el resto del Caribe. Podemos por
este motivo podemos dividir a los barcos palmeros que terminaron en Cuba entre
aquellos que se dedicaban a comerciar con aquella isla, navegando en la carrera
que cruzaba el Océano Atlántico, y que en algún momento de su vida útil se
vendieron a armadores caribeños y los que fueron construidos para clientes de
Cuba o para vender inmediatamente después de su construcción en aquella isla.
Aportamos relación de los barcos que se
construyeron en La Palma, ya fuera por la afamada saga de constructores
navales, los Arozena, o por otros constructores sin identificar, y también los
que fueron construidos en otras islas por los constructores navales palmeros.
Para la realización del presente estudio se
aportan los datos presentes en los Registros de Buques de Santa Cruz de La Palma,
Santa Cruz de Tenerife, la Orotava y Las Palmas de Gran Canaria, adjuntándose
documentación adicional obtenida de los periódicos de la época y de dos fuentes
adicionales, el libro “Cosas Viejas del Mar” de Armando Yanes Carrillo, a
partir de ahora referencia 1 y el libro “Veleros en el Tráfico
Marítimo con Cuba" de Lino J. Pazos, a partir de ahora referencia 2.
Los gráficos que se muestran se obtienen a partir de las imágenes publicadas en
el libro “La Palma en la Ruta de los Veleros” de Juan Carlos Díaz Lorenzo, ver
nota (*).
Se incluye un pequeño glosario de términos de
construcción naval.
Barcos para la
carrera de La Habana o vendidos a Cuba durante su vida marinera.
Como hemos citado, en primer lugar,
realizaremos un listado de los barcos que, aunque se construyeron para la
carrera de la Habana, terminaron siendo de armadores cubanos.
El “Argos”, construido en La Palma en 1828 por
José Arozena, estaba asentado con el folio 7 de la primera lista del registro
de Buques de Santa Cruz de La Palma. Era un bergantín goleta que arqueaba 53 ½
toneladas (163 toneladas según 1) y que tenía de dimensiones
principales, 90 pies de eslora, 25 pies de manga de construcción y 8 pies y 6
pulgadas de puntal, propiedad de Don José Rodríguez Corvacho, fue vendido en La
Habana por Don Manuel de Armas Cabrera, su capitán, en junio de 1836.
Boletín Oficial de Canarias. Santa Cruz de Tenerife. 8 de octubre de 1834. Jable. Hemeroteca
digital de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
Boletín Oficial de Canarias. Santa Cruz de Tenerife. 20 de mayo de 1835. Jable. Hemeroteca
digital de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
Con posterioridad a la venta citada, el
“Argos” seguiría viniendo a las islas en el comercio con Cuba, realizando
carreras regulares al Caribe transportando la más variopinta carga, como
podemos observar a continuación.
Boletín Oficial de Canarias. Santa Cruz de Tenerife. 2 de octubre de 1837. Jable. Hemeroteca
digital de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
El "Diamante", folio 8 de la primera lista del
registro de Santa Cruz de La Palma, propiedad de Miguel Monteverde y Compañía,
fue vendido posteriormente a Don Leandro Rosa para pasar en 1848 a la propiedad
de un armador de la isla de Tenerife. El buque estaba aparejado como bergantín
goleta y su porte era de 89 ½ toneladas, se construyó en Santa Cruz de La Palma
en 1836. Pasó al folio séptimo de la primera lista de Santa Cruz de Tenerife
como "San José @ El Diamante". En 1854 se desguazó en Santa Cruz de Tenerife.
Boletín Oficial de Canarias. Santa Cruz de Tenerife. 16 de abril de 1836. Jable. Hemeroteca
digital de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
Boletín Oficial de Canarias. Santa Cruz de Tenerife. 19 de octubre de 1836. Jable. Hemeroteca
digital de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
Boletín Oficial de Canarias. Santa Cruz de Tenerife. 21 de octubre de 1837. Jable. Hemeroteca
digital de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
En el mismo año, 1836, se construyó el bergantín
“Voluntario”, folio 9 de la primera lista de Santa Cruz de La Palma, que
también fue vendido en La Habana en 1848. Era propiedad de Tomás Camacho y Cia.
Tenía 92 ½ toneladas de arqueo, 74 pies de eslora, 23 pies de manga y 8 pies y
6 pulgadas de puntal.
Consta que el “Orotava”, construido en 1838
por José Arozena, folio 10 de la lista referida, se vendió en las Antillas, sin
especificarse que lugar en concreto en los registros.
El bergantín goleta “Segundo Benedicto”,
construido en La Palma por Fernando Arozena en 1841 1, aunque alistado
en 1843, con el folio 17 de la primera lista, de 95 toneladas y 79 pies de
eslora, se dedicó a la carrera de La Habana, era propiedad de José Felix
Pestana y Cia. El buque se perdió en Santa Cruz de Tenerife después de volver
de La Habana en julio de 1847.
El “Segundo Benedicto” era un
bergantín goleta, arboladura y aparejo diseñado tanto como para los viajes a
“Costa Firme” como al tráfico de cabotaje interinsular. Un bergantín goleta se
caracterizaba por tener dos mástiles, el trinquete, palo de proa, con velas cruzadas
(velas que se orientan perpendicularmente al viento y normalmente atravesadas a
la crujía del barco), favorables para navegación con vientos portantes, a favor
del viento, y el palo de popa, mayor, que combinaba las velas cruzadas su parte
superior y una vela cangreja, dispuesta longitudinalmente, de proa a popa, por
debajo de aquellas. Los Arozena se alejaban de las formas del casco llenas y
los fondos planos que se popularizaban en la primera mitad del siglo XIX estando
influenciados por los barcos americanos y más en concreto por los clippers de
Baltimore (*).
En el puerto de La Orotava José
Arozena construía el bergantín “Victoria”, de 180 toneladas, en 1850, se
matriculó con el folio 2 de la lista primera de dicho puerto y era propiedad de
Francisco Ventoso. Se dedicó a la carrera de La Habana y se perdió en La
Guajira 14 años después de su construcción. Los constructores lo definían como
un barco “muy sólido, de buen andar, y de
excelentes cualidades”.3
El ”Victoria” tenía aparejo de
bergantín, con dos mástiles y aparejo cruzado, con excepción de una pequeña
vela cangreja en el mástil mayor, aparejo favorable para portantes, para cruzar
el Atlántico con el viento a favor. Su moderado puntal y astilla muerta, además
de un elevado y redondeado y suave pantoque le dotaban de un volumen de carga
importante sin comprometer excesivamente sus cualidades marineras para navegar
a vela (*).
La goleta “Concha”, folio 10 de
la primera lista de Santa Cruz de Tenerife, fue construida por Vicente Arozena
en dicho puerto, para Don Elías Mendizabal. Se dedicó a la carrera de la Habana
y acabó sus días en la rada del puerto de Santa Cruz de Tenerife, el 13 de
enero de 1873, debido a un temible temporal de sureste, según reza en el
Registro de Buques.
Las goletas
construidas específicamente para el cabotaje en el Caribe.
La “Elvira”, construida en 1839 y matriculada
con el folio 12 de la primera lista de Santa Cruz de La Palma, propiedad de
Miguel Monteverde y Compañía, al igual que el Diamante, tenía un arqueo bruto
de 71 ½ toneladas. Bergantín goleta de 70 pies de eslora, 19 pies de manga de
construcción y 7 pies de puntal, puede ser la citada como goleta costera
patroneada por Blas Candelario, que se fue contra el muelle cargada de víveres en
el huracán de 4 de octubre de 1844 en La Habana 2, perdiéndose
-aunque también consta en los registros como decomisada en 1845 por la Hacienda
Nacional-.
El “Carmita” fue construida en José Arozena en
1939 y no fue matriculado en las islas. Era un pailebot de 75 toneladas y su
propietario era Miguel Calderón 1. Como la “Elvira” sufrió las consecuencias
del huracán del 4 de octubre de 1844. “goleta
costera Carmita, patrón Gerónimo Lagoria, cargada para Bahía Honda, se desfondo
por la parte de babor a popa, sobre el muelle de piedra de San Francisco”.2
El pailebot “Carmita” era un ejemplo
temprano del diseño adaptado a los clientes americanos, que necesitaban barcos
con escaso calado, aun limitando la carga, para comerciar con azúcar en los
distintos puertos del Caribe y de las Antillas. Los Arozena consiguen un diseño
equilibrado con un diseño de la sección maestra que combina una astilla muerta moderada
con una generosa manga y un puntal limitado (*).
El pailebot “Negrita” se construyó en 1842 y
fue construido por Fernando Arozena. Aunque se matriculó con el folio 13 de la
primera lista de Santa Cruz de La Palma probablemente después de su primer
cruce del Atlántico se quedó en La Habana. La embarcación de 46 toneladas, 74
pies de eslora, 20 de manga de construcción y 6 de puntal, consta como
propiedad de J. Buenamuerte Mederos 1. Al igual que la “Elvira” sufrió los efectos
del huracán de 4 de octubre de 1844, garreando al estar fondeada yéndose contra
otra goleta denominada “Paquete de Banes”, no teniéndose más noticias de ella 2.
Aún siendo una bahía tan protegida, los
efectos de los huracanes de 1844 y 1846 en La Habana fueron devastadores. Carta
de la Habana. 1879. Biblioteca Digital Hispánica. http://bdh.bne.es.
Algo más lleno y con menos manga que la
“Carmita”, el pailebot “Negrita”, presentaba el típico aparejo “proa-popa”, sin
velas cuadras. Los pailebot como el “Negrita” eran preferidos para el cabotaje
y tenían mayor capacidad de ceñida, aproximadamente 4 cuartas al viento, 45
grados, mientras que los barcos con aparejos cruzados no orzaban o ceñían más
que 6 o 7 cuartas,1 de 65 a 80 grados, respecto a la dirección del
viento (*).
Con el folio 14 de la primera lista de la
matrícula de Santa Cruz de La Palma consta la “Camila”, construida también por
Fernando Arozena en 1843, goleta algo mayor que la “Negrita”. Era propiedad de
Don Tomás Camacho 1. Consta en los registros como vendida a La
Habana. La goleta salió a navegar desde La Habana el día del huracán del 4 de
octubre y acabó en un lugar de la costa denominado Las Canteras de San Lázaro,
en la isla de Cuba. Parece que la goleta se recuperó y al año siguiente volvió
a verse en problemas, “…otro ejemplo fue
el del patrón Anacleto Rosendo, que gobernaba la goleta costera “Camila”, que
con 18 pasajeros a bordo estuvo en un primer momento fondeada entre el Morro y
la Punta (La Habana), haciendo señales a los remolcadores de Regla para que lo
ayudaran, sin que sus requerimientos pudieran ser atendidos, decidiendo hacerse
a la mar antes de acabar sobre la costa, sufriendo en la lucha con el temporal
serías averías en la arboladura y obra muerta y teniendo que arrojar al mar
parte de la carga que llevaba, logrando arribar a Mariel con todo el personal a
salvo”.2
La goleta “Pepita”, igualmente
construida por Fernando Arozena, en 1843, para Don Miguel Calderón, -se le
asignó el folio 16 de la lista citada, tenía 53.4 toneladas, 68 pies de eslora, 24 de manga de construcción y
7 de puntal-, fue vendida al año siguiente en La Habana. Al parecer la
embarcación se hundió fondeada en la bahía de La Habana por el huracán de 10 de
octubre de 1846. El patrón al mando tenía el apellido García 2.
Los Arozena diferenciaban el
aparejo de pailebot, el de la “Carmita” o la “Negrita” ilustradas
anteriormente, del aparejo de goleta, que se muestra para la “Pepita”. En el
palo trinquete se arbolan un par de vergas cruzadas en el extremo superior, sobre
la cangreja, se conseguía de este modo una potencia extra cuando se navegaba
con vientos portantes (*).
El pailebot “Antonita” (folio 18
de la primera lista de Santa Cruz de La Palma, construido por Fernando Arozena)
se vendió en La Habana el mismo año de su construcción, 1844. Propiedad de Don
José Buenamuerte González, tenía
un porte de 53.4 toneladas de registro bruto, 76 pies de eslora, 20 de manga de
construcción y 7 de puntal-. No existen más referencias de ella en su vida
marinera en el Caribe, no obstante Armando Yanes Carillo refería en su libro a
que su armador y capitán, José Buenamuerte, realizaba viajes redondos a las
Islas Canarias con posterioridad a su venta, tardando en los mismos buena parte
del año.1
El “Antonita”, al que su armador y capitán José
Buenamuerte refería como su “zapatilla”, 1 se dedicó principalmente
al comercio de azúcar. Sus constructores, los Arozena, lo tenían por existente
en 1859 3. Tenía una proporción entre la manga y el puntal
ligeramente menor que sus predecesores “cubanos”, tendencia que seguiría en los
barcos construidos posteriormente.
José María Fernández Díaz era el dueño del
pailebot “Palmerita”, que igualmente se vendió en La Habana después de su
primer, y probablemente, único, cruce del Atlántico, tampoco existen más
referencias de la misma a partir del comienzo de su estancia en Cuba. Sus
características eran 49.6 toneladas de registro bruto, 71 pies de eslora, 20 de
manga de construcción y 7 de puntal. Tenía el folio 19 de la primera lista de
Santa Cruz de La Palma y fue construida por Fernando Arozena.
Al igual que otras embarcaciones palmeras
para Cuba, la “Palmerita” muestra formas muy similares a los famosos clippers
de Baltimore, aunque sin llegar a tener una superficie vélica tan extrema si
los comparamos con las embarcaciones americanas (*).
La goleta “Vengativa” consta como
hundida en la bahía de La
Habana por el huracán de 10 de octubre de 1846. El patrón al mando tenía el
apellido Pozo 2. Fue completada
apenas un año antes y se vendió en La Habana el mismo 1845. Era una goleta
mayor que las anteriores, sus características eran 72 toneladas de registro
bruto, 85 pies de eslora, 23 de manga y 7 de puntal. Su propietario era José
Manuel Fernández. Tenía el folio 20 de la primera lista y fue construida por
Fernando Arozena.
La “Primera Dolores”, folio 21 de la primera
lista de Santa Cruz de La Palma, era un pailebot construido por Sebastián y
Fernando Arozena, en 1846. Se construye específicamente para La Habana, era
propiedad de Francisco Ramón Fernández, con un porte de 89.7 toneladas. Quedó
afectado el mismo año 1846 por el huracán de 10 de octubre, mientras estaba
fondeada frente a los almacenes de Regla, en la bahía de La Habana. En el
temporal perdió los dos palos y parte de la proa, el apellido de su patrón en
aquel momento era García 2.
La “Primera Dolores” arbolaba dos velas de
proa, a proa del mástil, en general a la más a proa la podemos denominar foque y
a la otra, trinqueta. El mástil de proa, el trinquete, arbolaba una vela
cangreja, en esta época sin botavara, con el extremo inferior o pujamen libre,
y el mástil de popa, el mayor, otra vela cangreja, la mayor, esta vez con
botavara (*).
La “Segunda Manuela”, folio siguiente al de
la “Primera Dolores”, también construido por Sebastián y Fernando Arozena en
1846, era propiedad del mismo dueño que la “Primera Dolores” y tenía un arqueo
de 85.15 toneladas. Sus dimensiones principales eran 59 pies de eslora (la
eslora probablemente era errónea en el asiento transcrito del Registro de
Buques), 22.5 pies de manga de construcción y 6.6 pies de puntal se dirigió en
su primer viaje a La Habana, no existiendo más referencias del mismo.
Aunque en los libros de registro aparecen con
dimensiones y arqueo distintos la “Primera Dolores” y la “Segunda Manuela” eran
similares, según sus constructores 3.
El “Africano”, bergantín goleta construido
por Fernando Arozena en 1845, de 70 toneladas, no consta como registrado en las
Canarias, pero sin embargo existen algunos datos de la misma, como que
pertenecía a Ventura Leandro 1, teniéndose constancia de su venta en
septiembre de 1847. “En septiembre de
1847 se vendía en La Habana la goleta Africana, de porte de 350 cajas de
azúcar, acabada de construir con la mayor solidez y de las mejores maderas de
La Palma, en Canarias, informará el capitán a bordo frente al almacén de
Bocalandro, en Regla” 2. Los constructores citan que, en 1847
-seguramente después de su venta-, fue aparejado de pailebot y textualmente, de
modo autocrítico, que “no era buen buque”
3.
El ”Africano” es un barco con menores
proporciones eslora-manga y manga-puntal, cambiando la tendencia de diseño de
los barcos anteriores, con una astilla muerta comparable al “Segundo Benedicto”. Tenía aparejo de
bergantín goleta, el mástil trinquete con velas cruzadas en toda su altura y el
mayor, con vela cangreja proa-popa (*).
El ”Cuatro Hijos” era una goleta
construida en La Palma en 1850, propiedad de Miguel Calderón, mayor que las
referidas anteriormente, tenía 136.9 toneladas de registro bruto, 100 pies de
eslora, 26 pies de manga de construcción y 9 pies de puntal. Navegó después de
su construcción a la Habana, pero el mismo año se vendió para la carrera del
norte de Europa, para terminar en la costa de África, donde según sus
constructores “fue hecha prisionera y
aserrada en Sierra Leona” 3.
La goleta “Cuatro Hijos” era de
mayores dimensiones que las anteriormente referidas, su eslora llegaba a los
100 pies de eslora y tenía un mayor puntal. Diseñada por Fernando Arozena, le dio
una carena muy redondeada, con mucha menor astilla muerta y un pantoque con
gran radio de curvatura, con el fin de dotarla de más capacidad de carga sin
sacrificar en demasía aquellas hermosas líneas que hicieron famosa a la saga
familiar de constructores navales (*).
Si hacemos un resumen de este
segundo grupo de embarcaciones mercantes, de las doce embarcaciones construidas
para el cabotaje cubano, se tiene constancia de que al menos 6, nada menos que
la mitad, se perdieron en los huracanes de 1844 y 1846, cuando se encontraban
en el puerto de La Habana o de Regla 2 .
El coste de los barcos en su
construcción, de acuerdo con el libro “Cosas Viejas del Mar”, de Armando Yanes
Carillo, oscilaba entre los 2000 y los 11000 pesos, en función, suponemos, de
la calidad y del tamaño de la embarcación.
Barcos destinados a ser vendidos en Cuba completados por constructores navales palmeros fuera de La Palma.
Completada en la Caleta de San
Marcos de Ycod, en Tenerife, por el palmero Vicente Arozena, para Don Miguel
Calderón Monteverde, vecino de Regla, Cuba, la goleta “Segunda Carmita”, de
106.28 toneladas, fue arqueada en noviembre de 1847 y partió para La Habana en
enero de 1848. En agosto de 1848 Miguel Calderón vendió el barco a Agustín
Bolívar, comerciante de la Isla. En el mismo lugar se construyó por el mismo
constructor la “Adela”, de 90.3 toneladas que también partió para La Habana,
justo después de la construcción. Era propiedad de Don José Real.
Miguel Calderón Monteverde fue el
armador y cliente cubano más importante de la época, siendo de su propiedad la “Carmita”,
la “Pepita”, el “Cuatro Hijos”, y las referidas “Segunda Carmita” y “Adela”.
La “Primera de Canarias”, diseñada
y dirigida su construcción, al igual que los barcos anteriores. por Vicente Arozena,
esta vez en 1849, en Las Palmas, tenía el folio 11 de la primera lista del
Registro de Buques de la citada ciudad y era propiedad de Don Matías Reina y
Don Eugenio Bandama. Se vendió el mismo año en La Habana, en su primer viaje,
constaba como una goleta de 102 toneladas de registro bruto. “El 8 de agosto se anunciaba la venta de la
famosa goleta Primera de Canarias de porte 102.5 toneladas y de cabida 490
cajas de azúcar y de poco calado. Este buque acaba de construirse en Canarias
de las mejores maderas que allí se conocen, las que han sido preparadas como un
año antes de su construcción, y que está arranchado en un todo para este
cabotaje, advirtiendo que sólo tiene de agua dos meses (primer viaje). Atendía
Manuel C. González” 2 .
Como podemos comprobar fueron 25
años de frenética construcción naval en las islas, el trabajo de la saga
Arozena y el de los carpinteros de ribera, oficiales, aprendices y calafates de
La Palma adquiría por aquel entonces una reputada fama en el exterior. El
cuidado diseño de los barcos, -que reflejaban el “estado del arte” en la
época-, y las maderas del país, ayudaban a que los barcos fueran codiciados
acumulándose los pedidos hasta tal punto que la familia salió de su isla para
construir barcos fuera de La Palma.
4 de marzo de 2019. Daniel
Rodríguez Zaragoza.
Notas:
(*) Los perfiles longitudinales,
la sección maestra y el plano vélico que se muestran han sido calcados de las
láminas que aparecen en el libro “La
Palma en la Ruta de los Veleros” de Juan Carlos Díaz Lorenzo, correspondientes
al Álbum de Arquitectura Naval premiado en la Exposición Universal de Filadelfia,
Estados Unidos, de 1876, confeccionado por Fernando Arozena Lemos. Los
comentarios que aparecen con la referencia 3, están impresos junto a
planos y dibujos en el citado Álbum. Aunque el documento lo realizó Fernando Arozena referimos siempre a los "constructores", por ser comentarios relativos a diseños suyos o de su familia.
Bibliografía.
1.- “Cosas Viejas de la Mar”. Armando Yanes
Carrillo. Librería Cervantes. S/C De La Palma. Depósito Legal: TF-1892/89.
2.- “Veleros en el Tráfico Marítimo con Cuba". Lino J. Pazos. Damaré
Edicions. Depósito Legal: PO 483-2016.
3.- “La Palma en la Ruta de los Veleros”. Juan
Carlos Díaz Lorenzo. Tauro Producciones S.L. ISBN 84-88605-30-7.
Jable. Hemeroteca digital de la Universidad
de Las Palmas de Gran Canaria.
Biblioteca Digital Hispánica. http://bdh.bne.es
Breve y sencillo
glosario de términos empleados en el artículo.
Aparejo: tipo de configuración vélica que
presentaba la embarcación, en el artículo se muestran cuatro: bergantín, bergantín
goleta, goleta y pailebot.
Astilla Muerta: ángulo que forma el fondo de
la embarcación con la horizontal.
Arboladura: conjunto de mástiles,
palos y otros elementos, sostenidos por la jarcia, que servían para soportar
las velas.
Arqueo: o porte, medida reglamentaria
del volumen de la embarcación, del tamaño de la misma. Se mide en toneladas de
registro bruto que no reflejan peso, sino volumen, no teniendo nada que ver con
las toneladas de peso actuales.
Botavara: palo horizontal que servía
para controlar las velas cangrejas (ver explicaciones de los gráficos).
Calado: distancia vertical entre
el fondo de la embarcación y la flotación.
Ceñida: o bolina, navegar en contra del viento.
Costado: laterales del casco cerca de la flotación y de la cubierta.
Costado: laterales del casco cerca de la flotación y de la cubierta.
Crujía: el eje a lo largo de la
embarcación que la divide en dos partes simétricas, estribor, a la derecha
mirando a proa, y babor, a la izquierda.
Eslora: largo de la embarcación.
Jarcia: cables y cabos que sostienen
la arboladura.
Manga: ancho de la embarcación.
Pantoque: zona de transición
entre el fondo y los costados del casco.
Pies: de Burgos, unidad de medida
de distancia igual a 0.279 metros.
Puntal: alto de la embarcación de
la quilla hasta la cubierta.
Sección o cuaderna maestra: la sección o "cuaderna", refuerzo transversal, situada en la zona de máxima manga de la embarcación.
Vientos portantes: aquellos que
recibe la embarcación desde la popa, “a favor”.
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