La "Joven Manuela" de Juan Marrero Medina.
La “Joven Manuela”. Rol de la embarcación,
archivo de la Capitanía Marítima en Las Palmas.
Sólo una foto, un retazo de vivencias
pasadas, algo que llama la atención pero que es insuficiente para conocer de
verdad la vida de un velero tardío canario, de esa última flota de pesqueros
que navegaron hasta el final a vela, la mayoría sin motor, sin más medios de
propulsión, exprimiendo el rigor de los alisios al máximo. Brisas implacables
que envejecieron a hombres y barcos, arrugas y grietas.
Sólo una imagen, una que se salvó del propio
interés que suscitaban los barcos de vela en otras épocas y que hicieron de las
fotos de los roles objetos deseados por los coleccionistas. Los roles (de despacho y dotación) eran
documentos que incluían detalles de la vida de los barcos pero que cuando se
rellenaban por completo debían devolverse a las Comandancias de Marina. Era
entonces cuando las fotos (1) empezaban a desaparecer, salvo en contadas
excepciones. En el mejor de los casos esas imágenes, que nos transportan a unas
islas, en la posguerra, deprimidas y pobres, han llegado a las redes sociales,
en otros, se han perdido para siempre.
La fotografía que nos ocupa sigue estando en
el archivo de la Capitanía Marítima en Las Palmas y nos muestra la airosa
“Joven Manuela”, uno más de aquellos hermosos pailebots (2) que se dedicaban a
la pesca en la Costa. Si la ampliamos vemos a los tripulantes de pie apoyados
en la “obra muerta” definida por el generoso arrufo de la embarcación. La
enhiesta proa lanzada, de “violín”, su bauprés y botalón, y las velas, el foque,
la volante, la trinqueta, el trinquete, y la mayor, estas últimas entre botavaras
y cangrejas, rememoran singladuras pasadas.
Ampliación de la imagen de la “Joven
Manuela”. Rol de la embarcación, archivo de la Capitanía Marítima en Las
Palmas.
Se aprecian estays, drizas, obenques,
sosteniendo la arboladura, las faroleras de costado, un aro salvavidas y hasta
las características nasas que se llevaban a la Costa (todavía queda alguna en
Lanzarote). Desgraciadamente tenemos que imaginar otros elementos a bordo como podían
ser las barricas, los baldes, la talega, la panera, el navajón, el jodeor, la
rociega o las bateas, entre tantos otros utensilios que integraban el
equipamiento de la embarcación. También podemos intuir la sencilla disposición
del pesquero, con su camareta a popa, el humilde rancho en la proa, y el
vivero, - y es que la “Manuela” era una embarcación de pesca con vivero, para el transporte de la pesca viva hasta el puerto de destino - , en el centro
de su eslora.
La “Joven Manuela” fue construida por uno de
los carpinteros de ribera más activos a principios del siglo XX en Las Palmas, el
Maestro Juan Marrero Medina (3). Don Juan Marrero trabajó en San Telmo hasta
que todos los carpinteros de ribera se trasladaron al Puerto de La Luz. Casi
todas las embarcaciones que construyó se completaron en la playa de San Rafael,
situada en el lado este del itsmo de la Isleta cerca del barrio de San Rafael (4).
Era la “Manuela”, - folio 517 de la tercera
lista de Las Palmas -, una goleta de mediano porte, 16.95 metros de eslora,
5.32 metros de manga, 2.60 metros de puntal, 41.06 toneladas de registro bruto
y 33.77 toneladas de registro neto. Su valor de construcción se elevó a 16.646
pesetas y sus primeros dueños fueron Sebastián Henríquez, Bernardino Montenegro
y Tomás Betancort. El desplazamiento de la embarcación era de 102 toneladas y
su carga máxima 74, de acuerdo con los datos del Registro de Buques.
No consta que se instalará motor alguno en la
“Manuela” en toda su vida útil, su única propulsión fue la vela.
En la prensa de las cuatro primeras décadas
del siglo XX encontramos múltiples referencias a las escalas de la “Joven
Manuela” en el Puerto de La Luz.
5 de febrero de 1918, hace poco más de 100
años. Diario de Las Palmas. Jable. Hemeroteca Digital de la ULPGC.
El buque continuó con sus idas y venidas a la
“Costa” y según fuera la época hacía escala en Villa Cisneros o llegaba hasta
la “Güera” para ser despachado para pescar en la Bahía del Galgo por un mes
(5). Rol de la embarcación. Archivo de la Capitanía Marítima en Las Palmas.
En la destructiva tormenta que es
protagonista del libro “El Rabo del Ciclón”, la prensa dio por perdido el barco,
pero de la lectura del artículo y del propio y magnífico libro de Antonio F.
Martín Hormiga se deduce que el balandro que se hundió fue el “Joven Carmela”
del armador conejero Manuel Bermúdez Bermúdez, no el pailebot que nos ocupa, el
“Joven Manuela”, del cual no consta, además, que tuviera un armador
lanzaroteño.
Periódico La Falange
de 30 de diciembre de 1951 en la cual se da por error, por perdida, la “Joven
Manuela”. Jable.
Hemeroteca Digital de la ULPGC.
De los avatares pesqueros de la embarcación
poco sabemos, pero al menos por la prensa hemos podido extractar esta curiosa
nota, que apareció en el Diario de Las Palmas de 12 de enero de 1954
“Un pez
espada de enormes proporciones estuvo a punto de hacer zozobrar al velero
"Joven Manuela" de esta matricula, cuando, desde el norte de Dakar,
regresaba a Las Palmas cargado de pescado (6). El "Joven Manuela", es
un velero de 35 toneladas. El accidente ocurrido cuando faltaban solamente
cuatro días para llegar al puerto de La Luz. La tripulación observó entonces
una fuerte sacudida en la embarcación y creyó que el pesquero había tropezado
con algún objeto, pero entonces los tripulantes descubrieron un gigantesco pez
de cinco o seis metros de largo, que se debatía en medio de una gran mancha
sanguinolenta. El velero continuo su ruta y unas horas más tarde el timonel
advirtió que el barco estaba más sumergido de popa. Al destapar la bodega donde
se encontraba la pesca capturada, se observó que el barco estaba tocado y hacia
agua. Los pescadores tuvieron que trabajar denodadamente para taponar la
brecha. Ya en Las Palmas, el «Joven Manuela", fue reconocido, observándose
una brecha en la parte central, habiendo hundido un tablero entre las cuadernas
y aprisionando en la abertura el estilete del pez espada, de unos 40
centímetros de largo, de forma cónica. Se supone que el pez espada se lanza
contra otro pez en el preciso momento en que pasaba el "Joven
Manuela", pues afirman los tripulantes que no acostumbran a atacar las
embarcaciones.”
Finalmente, en 1957, nuestro
pailebot era embargado y subastado por impago de salarios, hasta tres veces,
con un valor en 118.000.- pesetas.
El 2 de abril de 1958 el Diario
de Las Palmas se hacía eco de su hundimiento y, a modo de panegírico, citaba:
“Aquellos
tiempos en que Europa pasaba hambre están lejanos. También están lejanos
aquellos tiempos en que por dicha circunstancia el negocio de la pesca era
floreciente en Canarias. No obstante, el pescador continúa aferrado a lo suyo
con la esperanza de que los buenos precios retornen y sea la ocasión de
desquitarse. El despachar un barco para la pesca representa muchos miles de
duros y si la "marea" no se dio bien la pérdida, se multiplicaba por
dos y si una segunda "marea" tampoco dio resultado, la multiplicación
es por tres...A veces el armador se cansa de tanto fracaso y antes de continuar
perdiendo miles da duros amarra los barcos y los abandona a su suerte. No es la
primera vez que hemos visto dentro de las aguas de la bahía asomando sobra la
superficie del agua parte del casco o los palos de uno de aquellos. No sabemos
de las razones que motivaron el abandono del pailebot "Joven
Manuela", de 41 toneladas, y 16,95 metros de eslora, pero lo que sí
sabemos, porque nos lo explica la fotografía, es que del "Joven
Manuela" sólo queda a la vista parte de lo que fue su arboladura. Hace
tres meses o algo más que descansa en el fondo del mar.”
Diario de Las Palmas de 2 de abril de 1958.
El “Joven Manuela” hundido en el Puerto de La Luz. Jable. Hemeroteca Digital de
la ULPGC.
Daniel Rodríguez
Zaragoza. 19.09.2018.
Agradecimientos.
Amalio Barrera Moya.
Luis Moreno
Bibliografía.
Archivos de la Capitanía Marítima en Las
Palmas.
El Rabo del Ciclón. Antonio F. Martín
Hormiga. Cofradía de Pescadores de San Ginés. 1992. ISBN 84-604-4354-X.
Jable.
Hemeroteca Digital de la ULPGC.
El
Puerto de La Luz en Las Palmas de Gran Canaria. Tipografía del diario. 1909.
Memoria Digital de Canarias.
Notas:
(1) En los archivos existen distintos modelos
de Rol, no obstante no existe una fecha clara de fecha de impresión y cambio de
los distintos formatos y desde luego no coinciden con las dos reglamentaciones
principales al respecto, la Real Orden de 23 de noviembre de 1922 y la Orden de
7 de octubre de 1958, por la que se aprobaba el nuevo modelo de “Rol de
Despacho y Dotación”. En alguna fecha intermedia, sobre la década de los 40 del
siglo XX, se introdujo la obligatoriedad de incluir fotografías que se
ubicaban, grapaban o pegaban en las primeras páginas del documento, en un marco
o casilla preparada al efecto.
(2) El pailebot o goleta es una embarcación, de
acuerdo con la terminología de la época, que constaba de dos mástiles,
trinquete (a proa y de menor altura) y mayor, a popa, y un aparejo sin velas cuadras,
sólo velas orientadas de proa a popa, tal y como se muestra en la imagen a continuación.
El dibujo pertenece a unos apuntes del año 1952 encontrados en un baúl o caja
costera por Luis Moreno, estudioso y coleccionista de la tradición “costera” de
Lanzarote. La imagen muestra el plano vélico de la goleta o pailebot, pero
también incluye un pequeño poema marinero:
“Con todas mis
velas rotas”
“Lastre de vino y
de ron”
“He de cruzar el
callejón”
“Por donde el
viento me bota”
(3) Figuran en las listas del registro de
buques de Las Palmas, como embarcaciones de más de 10 metros de eslora (entre
22.63 y 10.93), de lista tercera, de pesca, construidas por Juan Marrero Medina,
las siguientes:
1903. Pailebot Joven Jacinto.
1905. Pailebot Joven Manuela.
1905. Balandro Tenerife.
1912. Balandro Rosa.
1913. Balandro Concepción
1913. Balandro San José
1913. Balandro María del Carmen
Leonor
1914. Pailebot Juan José
1914. Balandro Cecilio
1915. Balandro Fortuna
1916. Pailebot Villa de Teror
1919. Balandro Soledad
1919. Balandro Concha
1921. Balandro José Rodríguez
1922. Balandro Joven Dolores
1922. Balandro Fernando
También hizo varias embarcaciones
de recreo, entre las que destacamos el yate, balandro, “María”, para el Real Club
Náutico de Gran Canaria, en 1908, o el bote de vela latina “Minerva”.
La página 5 del periódico La Provincia del domingo
19 de agosto de 1923, en su sección de “Noticias del Puerto de La Luz” incluía
dos relacionadas con los barcos citados anteriormente y que por su singularidad
merecen ser incluidas en el presente artículo:
“UN PAILEBOT PERDIDO. El balandro «José Rodríguez», de ésta matrícula,
que salió de este puerto el 30 de mayo para la pesca del salpreso, se ha
encallado en el sitio denominado el «Parché» (Costa de África). El patrón de
dicho velero, nos ha manifestado, que después de hacer la pesca, se dispuso a
regresar a éste puerto y que en la madrugada del 13 del actual, unas malas
corrientes que hay por aquel lugar, les llevó a la playa, quedando el barco
varado en un banco de arena. No teniendo probabilidades de recuperar el
balandro embarcaron en la lancha los diez individuos que componían la
tripulación, y después de cuatro horas de navegación, fueron recogidas por el
pailebot «Jesús», que también venía con dirección a Las Palmas. Hoy saldrán
varios hombres en otro pailebot, para el referido sitío, con objeto de ver si
pueden salvar el barco, aunque se cree difícil por hostilidad de los moros que
merodean por aquellos contornos.”
“Procedente de la pesca ha llegado el pailebot «Fortuna» propiedad de
don Juan Marrero quien trajo 259 langostas para el consumo de ésta plaza.”
La primera noticia nos da idea de
la dureza de las condiciones de pesca en la Costa y lo efímera que podía ser la
vida marinera de algunos veleros, en el caso del “José Rodríguez”, apenas dos
años, y la segunda el auge que tuvo la pesca y venta de langostas africanas,
transportadas vivas en viveros hasta Las Palmas, en algunos años del siglo XX.
Juan Marrero, a la
derecha, en foto aparecida en el rotativo “La Provincia” de 15 de noviembre de
1934. Jable. Hemeroteca digital de la ULPGC.
(4) Un interesante artículo que nos sitúa en el barrio
y playa de San Rafael lo podemos encontrar en la siguiente dirección: https://pellagofio.es/islenos/historia-oral/el-tunel-del-tiempo-tras-un-porton/
Ubicación de la playa de San Rafael (justo al
sur del actual edificio y plaza Woermann), marcada sobre el plano general del
Puerto de La Luz. El Puerto de La Luz en Las Palmas de Gran Canaria. Tipografía
del Diario. 1909. Memoria Digital de Canarias.
(5) Era el procedimiento establecido de
acuerdo con el Convenio Franco Español de 1900 y con el Decreto del Gobierno
General de 2 de mayo de 1931 según rezaba en los Roles.
Instrucciones para la entrada de las
embarcaciones de pesca en la Bahía del Galgo. Archivo de la Capitanía Marítima
en Las Palmas.
(6) Probablemente, y al igual que la famosa
goleta Bella Lucía, se dedicaba por aquel entonces a recoger la pesca en
Senegal, Dakar y transportarla a Canarias, sin efectuar labores de pesca.
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