El “Nuevo Teide”, paradigma de la navegación a vela en Canarias durante el siglo XX. Capítulo II. El esplendor del cabotaje y la grippe española.
En el artículo anterior abordamos la construcción de la
embarcación “Nuevo Teide” en aquel Puerto de La Luz de principios de siglo XX,
industrial como no se había conocido hasta entonces, donde se habían asentado
empresas inglesas y alemanas que dinamizaron la actividad de reparación y
construcción de embarcaciones hasta extremos no conocidos anteriormente en la
isla de Gran Canaria.
No obstante, la nueva construcción de la casa Blandy no
estaba destinada para un armador local. La embarcación, como ya se podía intuir
por el nombre elegido, se encargó por comerciantes y empresarios radicados en el
norte de la isla de Tenerife.
En el Registro de Buques, como primeros dueños de la embarcación constan Don Vicente
Soler y Segorbe (tres quintos de la propiedad), Don Francisco López Hernández
(un décimo) y Don José Soler y Torregrosa (el resto). El barco se asentó el
12 de mayo de 1902 y su valor fue de treinta y cinco mil pesetas.
Don José Soler y Torregrosa, empresario, comerciante y
exportador afincado en Garachico, fue el promotor de la construcción de un
pescante de madera el el puerto, en 1910, aunque ya desde
principios de siglo se dedicaba a la obra pública, siendo, en 1901, el
responsable de los acopios de piedra para la conservación de la carretera entre
Santa Cruz y La Orotava y posteriormente, en 1902, se le adjudicaba la
construcción de un tramo de la carretera entre San Marcos y Guía de Isora.
Pescante de Garachico. Foto
de Manuel Jesús Martín Martínez, publicada en su muro de Facebook.
Atacado en algunos momentos por los políticos y gobernantes
municipales de la época -sufriendo inspecciones en sus depósitos y siendo
obligado al pago de arbitrios extraordinarios, y poco justificados- sin embargo, con los años, llegó
a ser incluso alcalde accidental del Puerto de Garachico.
Durante los años siguientes se sucedieron diversos cambios de
propiedad, respecto al "Nuevo Teide", dentro del ámbito de los empresarios citados, radicados en el norte
de Tenerife. El 6 de mayo de 1908 Don Vicente Soler y Segorbe vende sus tres
quintos del barco a su hermano Rafael Soler y Segorbe por veintiuna mil
pesetas; el 5 de noviembre del mismo año Don Francisco López Hernández vende su
parte a Don José Soler y Torregrosa por mil quinientas pesetas.
Foto de Manuel Jesús Martín Martínez,
publicada en su muro de Facebook. Los primeros años del “Nuevo Teide” centraron
su actividad en la isla de Tenerife. En la foto la bahía del Puerto de San
Marcos que era utilizada durante el siglo XIX como refugio, desembarcadero e
incluso lugar de construcción de buques.
En aquellos años la actividad del pailebot se centró en el
tráfico de cabotaje entre puertos de la isla de Tenerife o entre estos y el resto
de las islas. A continuación, se enumeran algunas referencias en prensa que nos
dan una idea de la vital importancia que tenía el transporte marítimo entre los
distintos puertos del archipiélago cuando aún el transporte marítimo a vela
tenía cierta ventaja sobre el terrestre y todavía podía competir con el
imparable crecimiento de tráfico con los barcos de propulsión mecánica.
22 de febrero de 1909. Puerto de Santa Cruz, llega de Garachico con carbón vegetal.
22 de febrero de 1909. Puerto de Santa Cruz, llega de Garachico con carbón vegetal.
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24
de abril de 1909. Puerto de Santa Cruz, llega de Garachico con frutos.
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14
de junio de 1909. Puerto de Santa Cruz, llega de Canaria en lastre.
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7
de octubre de 1909. Puerto de Santa Cruz, llega de Garachico en lastre.
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23
de octubre de 1909. Puerto de Santa Cruz, llega de Canaria en lastre.
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19
de julio de 1910. Puerto de Santa Cruz, llega de Garachico en Lastre.
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12
de octubre de 1910. Puerto de Santa Cruz, llega de Garachico con frutos.
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2
de junio de 1912. Puerto de Santa Cruz, llega de Canaria en lastre.
El pailebot "Tenerife” construido en Las Palmas en 1916 era algo mayor que el "Nuevo Teide" aunque ligeramente mayor. Imagen tomada probablemente después de 1914 en
el norte de la isla de Tenerife. Foto de Manuel Jesús Martín Martínez,
publicada en su muro de Facebook.
El 20 de julio de 1912, una década después de su construcción, se produce el primer cambio de propiedad importante y el barco sale del ámbito de los comerciantes del norte de Tenerife. Los dueños venden el barco, por quince mil pesetas, a don Miguel de los Santos Betancor y a la conocida mercantil Andrés Rodríguez y Cía.
Andrés Rodríguez era un importante armador que también tenía
almacenes y depósitos en Santa Cruz de Tenerife. La goleta “Nuevo Teide”, al
ser algo más pequeña que el resto de su flota, se dedicó, principalmente, y con
escasas excepciones -como veremos a continuación-, al tráfico interinsular,
mientras que otros pailebots contemporáneos de propiedad de Andrés Rodríguez y
Cía, el “Nicolas”, el “Herbania”, la “Carlota”, y el “Bartolo”, de más de 100
toneladas de registro bruto, se dedicaban, con más asiduidad, a realizar viajes
entre las islas y la península o a la costa de África1.
Una de las excepciones la encontramos, a modo de
ejemplo, el 7 de noviembre de 1917, cuando volvía al puerto de Santa Cruz de
Tenerife nuestro pailebot desde Sierra Leona, siendo su capitán Agustín A.
Barreto, después de haber zarpado para África cuatro meses antes.
Balandra sin identificar fondeada
frente a la costa en el norte de la isla de Tenerife. Foto de Manuel Jesús
Martín Martínez, publicada en su muro de Facebook.
1918. La Grippe y un hallazgo.
El 1 de octubre de 1918 la prensa se hacía eco del hallazgo
del “Nuevo Teide”, que al retornar a las islas navegando desde Alicante con
carga general, poco antes de llegar al Puerto de La Luz, encontró una tabla o
plancha, de las que se usaban para pintar el nombre en las amuras de los
vapores en la que rezaba, pintado en blanco sobre fondo negro, la inscripción
“Re Vittorio”. El “Diario de Las Palmas” de 1 de octubre de 1918 se hacía eco
de la noticia y la relacionaba con un posible hundimiento del buque al que
pertenecía la inscripción, por haber sido torpedeado por submarinos alemanes,
pero lo cierto es que el paquebote, de 7847 toneladas de registro bruto,
propiedad de la armadora “Navigazione Generale Italiana”, y que hacía la ruta
entre Europa y Sudamérica fue desguazado en Génova en 1928 y probablemente la
tabla con su nombre se cayó al mar por un defecto de fijación o por el mal
tiempo reinante, por lo que el hecho no pasó de ser una anécdota más.
Poco después, el periódico “La Provincia”, en su primera
página del número 2470 del sábado 23 de noviembre de 1918 reproducía una
noticia de la “Gaceta de Tenerife” que informaba de la triste muerte de un tripulante
del pailebot, en una ciudad impactada por la epidemia de la "grippe española".
El “Nuevo Teide”, que procedía de Alicante, arribó el 19 de
noviembre de aquel año por la noche al Puerto de la Luz con carga general y
comunicó, por medio de banderas, que traía enfermos a bordo. La Autoridad
Marítima ordenó que fondeara en un lugar apartado del puerto y a la mañana
siguiente, a las cinco de la madrugada, fue visitado por el Doctor Pascual,
segundo médico de Sanidad en aquel momento, profesional que reconoció a los
tripulantes, diez en total, que habían enfermado todos de la grippe justo
después de salir de Alicante el día 7 de noviembre. El tripulante Ginés
Perdomo, natural de Lanzarote, de apenas 19 años de edad, murió el día 17 de
noviembre al amanecer y su cadáver fue arrojado al mar a las 12 de la mañana
del mismo día.
A la vista de que el doctor detectó que el capitán, don Ramón
Ruiz y un marinero, don José Gutiérrez, seguían enfermos de carácter leve, envió
a los mismos al Lazareto que situado en la península de Gando. El resto de la
tripulación tuvo que quedar a bordo, con una estrecha vigilancia de la
autoridad sanitaria de la época y el propio velero, la vestimenta de los tripulantes y
la ropa de cama fueron desinfectadas.
El Lazareto de Gando se hallaba a unas 14 millas al sur del
Puerto de La Luz. El traslado se efectuó en la lancha del pailebot
remolcada por una falúa portuaria propulsada a vapor. Podemos suponer que aquel
trayecto, que pudo durar unas dos horas o más, en una embarcación abierta, sin
protección y a mediados de noviembre no sería el método más idóneo para que los
enfermos mejoraran de sus afecciones, sin embargo se consideraría una decisión
correcta si tenemos en cuenta la alarma que había suscitado la irrupción de la
gripe o “grippe”, como se conocía por aquel entonces, no existiendo
alternativas para unas autoridades sobrepasadas por una epidemia que había
remitido un par de meses atrás dejando varios cientos de muertos, se cree que
quinientos, en la ciudad de Las Palmas.
El Lazareto, a la izquierda y la playa protegida por la
península de Gando, por donde desembarcaron el capitán y un marinero del "Nuevo Teide" transportados
desde Las Palmas en una lancha remolcada por una falúa a vapor. foto 014379.
Fedac. Fotos Antiguas de Canarias.
Se supone que la pandemia de la gran gripe española de 1918
llegó a Las Palmas a bordo del vapor “Infanta Isabel”. En 1918, el “Infanta
Isabel” navegaba como buque correo de la Naviera Pinillos cubriendo líneas
entre puertos de la península ibérica, las Islas Canarias y diversos puertos de
Sudamérica y el Caribe. El día 2 de octubre el vapor llegó del puerto de La
Coruña a la bahía de Las Palmas con unos 1200 o 1300 pasajeros, entre los
pasajeros iban muchos emigrantes gallegos que escapaban de la gran crisis
existente en España a raíz de la Primera Guerra Mundial, su destino final era
La Habana. Durante la travesía a las
Canarias ya se habían comunicado los problemas sanitarios que existían a bordo.
El 26 de noviembre de 1918 un agrio Alonso Quesada en su
columna “El Solar Atlántico”, incluida entre 1918 y 1922 en el periódico
barcelonés “La Publicidad”, publicaba un artículo llamado La “Grippe” del César, en el cual mezcla el tema candente en sus
escritos de la época, la confrontación local entre germanófilos y aliadófilos,
en referencia a una Primera Guerra Mundial que tanto daño hizo a la economía de
las islas, con un reproche a la desidia del Gobierno en el trato a las islas: “Y aparte neutralidades,
pasiones políticas o demás cosas, debemos confesar honradamente que la Madre
Patria que tan abandonados nos tenía se ocupa al fin de nosotros y nos manda
algo más que un magistrado, un juez, un jesuita o un canónigo. Por este
recuerdo generoso le sean dadas las mayores gracias.”
Pasada la crisis sanitaria, el pailebot volvería a realizar varios
viajes a la península, en concreto a Sevilla.
Periódico “El Imparcial” de 26 de diciembre de 2018. Jable.
Hemeroteca Digital de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
El tráfico de cabotaje, vertebrador de la economía canaria.
Durante 1920, al barco, al que se le asignó en su
construcción el folio 40 de la segunda lista de Las Palmas, se le cambió de
matrícula, pasando a tener el folio 79 de la segunda lista, -embarcaciones
dedicadas al cabotaje -, de Santa Cruz de Tenerife.
La década la pasó nuestro pailebot realizando un
intenso tráfico interinsular, movido exclusivamente por efecto del viento,
navegando entre todas las islas, como podremos apreciar a continuación. Para la
confección de esta parte del artículo se ha realizado un estudio de diversos “roles”2
de la embarcación, pudiéndose elaborar la tabla que se adjunta en el Anexo para
aquellos que gusten de datos más precisos.
De un somero análisis de los datos existentes podemos hacer un
resumen con los principales tráficos realizados por la goleta, influenciados,
sin lugar a dudas, por ser un armador de la isla de Tenerife con fuertes
vínculos con la isla de Fuerteventura. Un incesante tráfico de mercancías se
establecía entre las islas que podemos llamar como periféricas y las islas
centrales, teniendo en cuenta su disposición dentro del archipiélago.
En las
islas periféricas se cargaban materias primas para el resto de las islas, pero
sobre todo para las islas centrales, más pobladas, y de modo principal, como hemos
dicho, para las distintas escalas de la isla de Tenerife, base del armador.
Desde las islas centrales se estibaba el “Nuevo Teide” con carga general para
las islas orientales, mientras que existía un comercio habitual entre Gran Canaria
y Tenerife.
Resumen de los viajes y cargamentos realizados por el “Nuevo
Teide” entre 1920 y 1923. Elaboración propia.
¿Qué posibilitaba una regularidad relativa en los viajes y
que los pailebots pudieran competir con los barcos de propulsión a vapor? Los
alisios. El viento reinante del Norte y Noroeste en buena parte del año
facilitaba en buena medida la navegación y aunque en invierno las cosas se
complicaran algo, lo cierto es que en la gran mayoría de días del año la circulación
general de los vientos corría en una línea perpendicular (o casi) a la
disposición Este-Oeste de las islas. Las goletas o pailebots construidos en Canarias
eran barcos con características de diseño influenciadas por la normal
existencia de un viento regular, constante, y fresco con aceleraciones alrededor de
las puntas y entre los canales de las islas,en definitiva barcos marineros con sus cascos y proporciones diseñados para navegar al
través y contra el viento y con sus aparejos optimizados para dichos rumbos.
Los barcos no sólo debían navegar bien, sino hacerlo en todas
las condiciones, ya fuera cargados, o sobrecargados, con voluminosas cubertadas3.
Los viajes de retorno que se hacían sin carga exigían el acopio de lastre,
normalmente piedras, que se introducían en los piques de las bodegas para su descarga en el puerto de destino o de carga. No
pocas piedras "viajeras" se transportaron entre las islas y permanecen en los fondos de
los fondeaderos más utilizados en las islas en aquella época.
El esplendor del cabotaje, del cual no podemos establecer una
fecha de inicio, se alcanzó a principios del siglo XX, época en la que
convivieron los vapores y los veleros. Las poblaciones aumentaban, así como las
necesidades de estas, (por ejemplo, la de cal para la construcción) la difícil
orografía de las islas y la escasez y el mal estado de las carreteras
fomentaron que se siguiera haciendo tráfico de cabotaje hasta mucho después de
la guerra civil.
Salvo en los puertos de las capitales, el “Nuevo Teide”
recalaba en pequeñas bahías, con humildes infraestructuras, pequeños muelles o
simplemente playas en las que se podían desembarcar las mercancías y en las cuales, en el mejor
de los casos, podían existir pescantes. Fondear en los alrededores de la costa,
sin protección alguna, sólo era posible si el tiempo lo permitía y no pocos
barcos se perdieron arrastrados a la orilla por temporales no esperados.
El 23 de febrero de 1921, el “Nuevo Teide” arribó a Santa
Cruz de La Palma con un cargamento de cal, y se despachó el 26 para Tenerife, con
escala en Garafía (en Santo Domingo) para cargar 1000 sacos de carbón, sin
embargo, el día 1 de marzo tuvo que entrar de arribada de nuevo en Santa Cruz
de La Palma, por el mal tiempo, llegando finalmente a Tenerife el 7 de marzo. Rol nº1 del Nuevo Teide. Archivos de la Capitanía Marítima de Tenerife.
Aún era mayor el riesgo durante las operaciones de carga y
descarga desde las lanchones, lanchas o lanchas caleteras, dependiendo de las
condiciones de la mar y más aún cuando estas pequeñas embarcaciones se
acercaban a las playas o salían de estás, sobre todo si había rompientes o mar
de fondo. No pocos accidentes se registraron en aquellos tiempos, algunos con pérdidas de vidas humanas.
Los lanchones, las lanchas o lanchas
caleteras eran indispensables para embarcar y desembarcar las mercancías desde
los barcos, veleros o vapores, fondeados. Puerto de La Cruz. Tenerife. Foto de
Manuel Jesús Martín Martínez, publicada en su muro de Facebook.
Gráfico que ilustra las travesías y escalas del “Nuevo Teide”
entre el 28 de mayo de 1920 y el 10 de septiembre de 1923, los distintos
colores ilustran los tipos de navegación efectuados, en carga (azul), con carga
parcial (rojo), o en lastre (color amarillo, naranja). Es de destacar que las descargas parciales de materias primas desde Fuerteventura terminaban casi siempre en Santa Cruz de Tenerife, donde se despachaba la embarcación para un nuevo viaje en lastre a la isla majorera. Elaboración propia.
La cal4, la tierra o tierra blanca, eran los
principales cargamentos que se transportaban desde Fuerteventura a las islas
occidentales, los principales puertos de carga para el “Nuevo Teide” eran
Puerto Cabras (en la foto); Gran Tarajal, Pozo Negro y Jandía (Matas Blancas), y
La Peña, en la costa oeste de la isla. Foto, probablemente tomada en los años
30 del siglo XX, cortesía de Juan Garrido López (DEP).
Justo antes de un nuevo cambio radical en la vida del pailebot se produjo una
reestructuración de la sociedad, vendiendo Don Manuel San Ginés Perdomo sus dos
partes a Don Juan Pérez Rodríguez y a Don José González Rodríguez, mientras que
Andrés Rodríguez y Cía, vendió dos partes a Don José Quevedo Márquez y una a
Don José González Rodríguez, transacciones realizadas en varios actos
notariales celebrados el 11 de noviembre de 1927 y el 29 de febrero de 1928,
quedando la propiedad del barco como se lista a continuación:
Don Andrés Rodríguez Rodríguez y Compañía: 3/8 de la
propiedad del barco.
Don José Quevedo Márquez: 2/8 de la propiedad del barco.
Don Juan Pérez Rodríguez: 1/8 de la propiedad del barco.
Don José González Rodríguez: 2/8 de la propiedad del barco.
Se da la circunstancia de que tanto Don Manuel San Ginés
Perdomo, como Don José Quevedo Márquez eran patrones del “Nuevo Teide”. De
igual modo se tiene constancia que el hermano de Don José González Rodríguez,
Juan, era también patrón del barco.
Como muchas otras embarcaciones dedicadas al tráfico de
cabotaje, a finales de la década de los años 20, se produjo un cambio en la actividad de la embarcación, quizás debido a que la rentabilidad del velero era menor en comparación con los barcos de propulsión mecánica. El 22 de junio de 1928 se cambió por última
vez de lista del pailebot, pasando a la lista tercera, que inscribía a las
embarcaciones que se dedicaban a la actividad de pesca, quedando asentada en el
libro con el folio 1205, y aunque ya no cambiaría de folio, pero sobre todo de
lista, no sólo se dedicará a la pesca, como abordaremos en otro artículo de la
serie.
Todo lo que se ha narrado ocurrió hace aproximadamente un siglo, en estos días en los que tanto se habla de sostenibilidad, de protección del medio ambiente y sobre todo del marino, de reducción de las emisiones aéreas y los vertidos, ¿será el momento de volver a la navegación a vela? Ahora que tenemos mejores infraestructuras portuarias, un incremento exponencial de la seguridad marítima, y contando con nuestras privilegiadas condiciones meteorológicas, ¿sería viable el transporte marítimo de cabotaje en embarcaciones de pequeño porte y coste, navegando a vela con propulsión mecánica auxiliar, para el tráfico con productos locales de calidad?. No parece descabellado y ejemplos a seguir ya existen en Europa.
Todo lo que se ha narrado ocurrió hace aproximadamente un siglo, en estos días en los que tanto se habla de sostenibilidad, de protección del medio ambiente y sobre todo del marino, de reducción de las emisiones aéreas y los vertidos, ¿será el momento de volver a la navegación a vela? Ahora que tenemos mejores infraestructuras portuarias, un incremento exponencial de la seguridad marítima, y contando con nuestras privilegiadas condiciones meteorológicas, ¿sería viable el transporte marítimo de cabotaje en embarcaciones de pequeño porte y coste, navegando a vela con propulsión mecánica auxiliar, para el tráfico con productos locales de calidad?. No parece descabellado y ejemplos a seguir ya existen en Europa.
Daniel Rodríguez Zaragoza, 15 de mayo de 2020.
Notas:
1
Andrés Rodríguez Berriel, en su libro “Historias del cabotaje. Cal, alfalfa y
cabras en los veleros canarios” citaba que el “Teide”, había navegado a La
Habana batiendo un record de navegación entre Las Palmas y aquella ciudad del Caribe,
aunque no existen más referencias documentales de aquel viaje.
2 Para hacerse a la mar o, en general, para emprender la navegación, todo
buque requería la previa autorización de salida, que otorgaba la Administración
Marítima y se denominaba “despacho”.
Primer Rol existente del “Nuevo Teide”. Archivos de la
Capitanía Marítima en Santa Cruz de Tenerife.
El Rol de Despacho y Dotación acreditaba el viaje que estaba
realizando el buque, así como el hecho de que lo había emprendido previo
cumplimiento de todos los requisitos legales y reglamentarios y estaba
controlado por las autoridades de marina de la época, militares. En los Roles de
antaño se incluían la identificación de los tripulantes, las fechas de embarque
y desembarque de todos los miembros de la dotación, los seguros, los reconocimientos
y las entradas y salidas de la embarcación en los distintos puertos..
Reconocimiento de la embarcación "Nuevo Teide",
debidamente anotado en el Rol nº2. Archivos de la Capitanía Marítima de Santa Cruz
de Tenerife.
En los archivos de las actuales Capitanías Marítimas existen
distintos modelos de Rol, no obstante, no existe una fecha clara de fecha de
impresión del modelo y del cambio de los distintos formatos y desde luego no coinciden con las
dos reglamentaciones principales al respecto durante principios y mediados del
siglo XX, la Real Orden de 23 de noviembre de 1922 y la Orden de 7 de octubre
de 1958. Cuando se rellenaban por completo debían devolverse a las Comandancias
de Marina.
3
(La alfalfa) “Era transportada en camionetas hasta el muelle de Gran Tarajal
y en camellos a playas como Giniginámar y Tarajalejo, y estibada en bodegas o
cubertadas con vigas sobre las amuras, volando sobre el mar (el largo de una
paca a babor y estribor) en tiempo bonancible; hasta tres pacas de altura sobre
amuras y recogiendo las botavaras de la mesana y la mayor, acortando trapo,
pero aumentando la carga, porque no era pesada, pero si de mucho volumen…” Andrés
Rodríguez Berriel, en su libro “Historias del cabotaje. Cal, alfalfa y cabras
en los veleros canarios”.
4
la peligrosidad del transporte de cal también se aborda en el libro “Historias
del cabotaje. Cal, alfalfa y cabras en los veleros canarios” de Andrés
Rodríguez Berriel: “El gran problema que representaban la cal viva y la cal
abierta era la estiba y desestiba en los barcos de madera. La primera, porque
en contacto con el agua se abría, con un aumento de volumen y desprendimiento de
calor que podían abrir un barco como una granada; la segunda, porque un
corrimiento de la carga podía hacer perder la estabilidad al barco o que
igualmente se mojara, por lo que las bodegas y escotillas había que sellarlas y
sobre la tablazón de cierre, colocar lonas y encerados, además de que el barco
estuviera bien calafateado”.
Agradecimientos y bibliografía.
Espacialmente a Manuel Jesús Martín Martínez, por permitir publicar las
estupendas fotos de su amplia y muy interesante colección.
“Historias del cabotaje. Cal, alfalfa y cabras en los veleros
canarios”. Andrés Rodríguez Berriel. Colección Pellagofio. Pellagofio.
Ediciones Mercurio. ISBN 978-84-942023-3-9.
Depósito Legal: GC 1639-2013.
Archivos de la Capitanía Marítima de Santa Cruz de Tenerife.
Archivos de la Capitanía Marítima en Las Palmas de Gran
Canaria.
Colección Juan Garrido López.
Repositorio de fotos digitales. Fedac. Fotos antiguas
de Canarias.
Jable. Hemeroteca Digital de la
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
http://www.histarmar.com.ar/LineasPaxaSA/53-NGI-1.htm
http://www.agenziabozzo.it/vecchie_navi/B-Vapore/Navi_1850-1950_B209_piroscafo_RE_VITTORIO_1907_per_Navigazione_Generale_Italiana_cartolina_1910.htm
Anexo.
Extracto de la información contenida en los Roles nº1 y nº2 del archivo de la Capitanía Marítima de Santa Cruz de Tenerife.
Notas: en algunos casos las cargas no se anotan correctamente
por la Administración Marítima, en otros casos se despachan para unos puertos,
pero se arriba en otros. Sólo se anota la carga principal, es posible que las
cargan fueran más variadas, por ejemplo, cal y alfalfa, como se comentó en la
nota nº3. Los puertos se consignan (por agilizar el trabajo) con apócopes.
Gracias por tan magnífico artículo, enhorabuena! Sobre este tipo de buques ver: https://www.navegar-es-preciso.com/news/pailebots-o-pailebotes-de-cabotaje-o-gran-cabotaje-en-el-mediterraneo-occidental-durante-los-siglos-xix-y-xx/
ResponderEliminarMuchas gracias por tu aportación, ya había visto el suyo, muy bueno, con muchísima información. Un saludo!
EliminarDe nada. Por cierto, hace tiempo incluí esta página en el apartado de "Direcciones" de mi web: https://www.navegar-es-preciso.com/enlaces/ Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias, tengo que habilitar enlaces en mi blog, para incluir el tuyo y otros
Eliminar. Saludos.