Expedición al Sáhara. El reconocimiento del “Punta Teno”.
El 31 de agosto de 1964, el barco de cabotaje canario “Punta Teno” partía
del puerto de Aaiun, hacia el puerto de Villa Cisneros y la Güera, llevando
carga general. Cuando navegaban a unas 20 millas del morro de Peña Grande se
descubre una vía de agua en la sala de máquinas. Aunque se emitieron llamadas
de socorro, no recibieron respuesta. Se intentó localizar la vía de agua con
resultados infructuosos y a la vista de
que el nivel del agua cada vez era mayor el Patrón de cabotaje don Luis
Rodríguez Darias decidió embarrancar la embarcación, quedando a 5 millas al sur
de Peña Grande, no sin antes lanzar los botes salvavidas dejando dos
tripulantes en cada bote, permaneciendo a bordo, el patrón, el mecánico y un
marinero hasta que se hizo de día, momento en el que abandonaron el buque
considerándolo perdido, siendo recogidos por los pesqueros “Berete” y “Breca”
(1)
La prensa se hizo eco del accidente. El patrón del “Berete”, don Agustín
Muñoz Suárez, se cruzó con el barco en apuros la noche del 31 de agosto,
percatándose de que la tripulación del “Punta Teno” lanzó señales de socorro y
como quiera que al cabo de un cierto tiempo volvían a lanzar cohetes, procedió
a seguir a la embarcación averiada, que claramente se dirigía hacia la costa,
rescatando finalmente a los 7 tripulantes del viejo barco de carga. Fue un
rescate con suerte, sin duda.
El “Punta Teno” fue un caso más de aprovechamiento de la construcción naval
en las islas. Originalmente no fue diseñado para la navegación en mar abierto,
sino como un depósito de hidrocarburos líquidos (petróleo) para su utilización
en aguas portuarias, con el nombre de “AS nº2.”, finalizándose en 1921. La
gabarra, de acero remachado, era de la Shell, y fue una de las embarcaciones de
mayor porte construidas en Las Palmas de Gran Canaria. Tenía 38.1 metros de
eslora, 5 metros de manga y 2.25 metros de puntal y su arqueo era de 149.82
toneladas de registro bruto. El desplazamiento en máxima carga, según la Hoja
de Asiento, era de 290 toneladas. A finales de los años 50 del siglo XX el armador pasó a ser
el tinerfeño don Luis Martín Pérez y se transformó como carguero pasando al
folio 137 de la segunda lista de Las Palmas. Su vida como barco de cabotaje fue
corta.
El ”Punta Teno”, embarrancado al sur de Peña Grande. Foto de la colección Juan
Garrido López.
El armador, por medio de don Juan Pascual Sanahuja, de Madrid, reconocido
abogado mercantil y marítimo, contactó con Cory Hermanos S.A. para intentar el
salvamento del buque, que se presupuestó en 1.100.000.- pesetas, no obstante,
antes de realizar el mismo, se acordó llevar a cabo un reconocimiento previo para lo cual
se estableció un acuerdo de proveer 40.000.- pesetas para financiar la inspección, a pagar incluso si el contrato de
salvamento no llegara a formalizarse, condiciones consensuadas con los
aseguradoras, incluyendo la del casco, el Banco Vitalicio de España.
Cory Hermanos organizó, tras el acuerdo, una expedición con el fin de
inspeccionar el casco del buque, para lo cual se serviría en el Sáhara de la
empresa Trassa, Transportes Auxiliares del Sáhara, S.A., consignatarios y
subagentes del Lloyd’s, que fueron los encargados de disponer los medios
necesarios para realizar la misma.
El técnico designado por Cory para realizar el reconocimiento fue don José
Juan Cabrera Martín, experimentado capitán de remolcadores (que tuvo el honor
de mandar el remolcador Tamarán en su primer viaje, desde Galicia -su punto de
construcción- hasta Las Palmas).
Se transportó un bote desde Las Palmas y se hizo acopio de agua potable,
víveres, combustible y aceite, una tienda de campaña y el resto de material y
herramientas. Para el transporte de todo el equipo se alquiló un camión Ford y
una furgoneta Chevrolet Suburban, vehículos con los que cubrirían, desde Villa
Cisneros, los 200 kilómetros hasta Peña Grande.
Campamento en las inmediaciones de Peña Grande. Foto de la colección de
Juan Garrido López.
La expedición, que se realizó entre los días 10 y 11 de octubre de 1964, la
componían don José Juan Cabrera, dos marineros, un mecánico y dos conductores,
un total de 7 personas, siendo acompañados por dos indígenas pertenecientes a
la Policía Territorial del Sáhara (2).
Una vez localizado el “Punta Teno”, se procede a descender el acantilado de
100 metros de altura para llegar a la orilla, con muchas dificultades, ya que
según el Capitán Cabrera tenía una pendiente del 70% y era de arena.
No se pudo bajar material pesado, según Cabrera la única alternativa era llegar en camellos, bordeando la costa por debajo del acantilado, pero desde 6 kilómetros al sur. Después de mucho esfuerzo se pudo bajar un bote inflable y lo imprescindible para poder acceder al barco.
El personal de la expedición de vuelta, subiendo por el acantilado para
llegar a la planicie. Foto de la colección Juan Garrido López.
El Capitán y su equipo preparan la balsa y consiguen embarcar al “Punta
Teno”, evaluando la condición de la embarcación con el fin de determinar si era
viable el salvamento.
Momento en el que la balsa se acerca al carguero, sin duda tuvieron la suerte de que acompañara el buen tiempo. Foto de la colección Juan Garrido López.
A su vuelta el Capitán redactó un informe, que se adelantó al abogado por
telegrama, confirmando la imposibilidad de realizar la operación de salvamento,
al estar el buque empotrado en los arrecifes cercanos a la orilla. A este
problema se tendría que añadir que se había fraguado el cemento que cargaba el
barco en las bodegas y que la máquina también estaba inundada. Las bodegas estaban
abiertas, sin cuarteles ni galeotas y existían claras evidencias de que la
carga que se pudo sacar había sido descargada en tierra y había desaparecido,
existiendo huellas de camellos en las inmediaciones.
Telegrama resumiendo el informe del Capitán Cabrera. Colección Juan Garrido
López.
Esquema con la posición del “Punta Teno” con la posición de los arrecifes y
bajos visibles, gráfico que se adjuntaba al informe definitivo de inspección,
realizado por el Capitán Cabrera. Colección Juan Garrido López.
Algún tiempo después la empresa Trassa tuvo que volver a medir las dimensiones de las bodegas barco a petición de la aseguradora “LLoyds Alemán”, como se refería en los documentos, en diciembre, pero el barco ya se había partido en dos y sólo pudieron tomar medidas de una parte ya que la otra mitad del barco era inaccesible. Para completar el expediente. técnicos de Cory Hermanos S.A. tuvieron que desplazarse a las instalaciones del varadero (por aquel entonces) de la Bazán, para completar las medidas de la bodega nº1, a partir de los planos de la transformación realizada en el “Punta Teno”, de gabarra de petróleo a carguero de carga general.
La historia del “Punta Teno” acaba con un pequeño litigio entre el abogado
Sanahuja y Cory Hermanos, pues si bien se habían convenido 40.000.- pesetas
para realizar la expedición y Trassa sólo facturó a Cory 36.741,10.- pesetas: los
gastos del flete y transporte del bote que no se usó; el alquiler de los vehículos
y una grúa para cargar el camión; la adquisición de víveres y agua; el
combustible y lubricantes; y los pagos al personal y gratificaciones para los
guías (policías); además de otros pequeños gastos, Cory Hermanos le pasó finalmente al abogado un montante de
poco más de cincuenta mil pesetas, incluyendo
en una nueva factura gastos entre los que se incluían los pasajes de don José
Juan Cabrera Martín a Villa Cisneros en avión, el coste de los distintos
telegramas, las dietas y gastos del Capitán y hasta el alquiler de la cámara y
el revelado de fotos (1.022.- pesetas).
Don Juan Pascual Sanahuja, en una carta redactada el 11 de enero de 1965, insinuó
en una atenta carta que debería ser Cory Hermanos quien indemnizara al Capitán
Cabrera “…, pero ustedes, que son personas avezadas en esta clase de
negocios, no les importará indemnizar al Capitán Sr. Cabrera, en la forma que
hayan convenido con el mismo, en la seguridad que nuestra colaboración en el
futuro habrá de aportarles una mayor utilidad…” reiterando que sólo había
sido garantizado el pago de 40.000.- pesetas.
El 10 de marzo de 1965 Cory aceptaba el importe convenido y se zanjaba el
asunto.
Daniel Rodríguez Zaragoza. 20 de enero de 2021.
Notas:
(1) Extracto de la Protesta de Mar realizada por el patrón.
(2) En la
siguiente dirección, http://www.coleccionguardiacivilagb.com/policiacutea-territorial-de-sahara.html se puede encontrar más información de la
Policía Territorial del Sáhara.
Bibliografía:
Jable. Hemeroteca
virtual de la ULPGC.
Google Earth.
Archivos de la
Capitanía Marítima en Las Palmas.
Colección Juan
Garrido López.
Daniel, una historia fantástica relatando el final de una embarcación de construcción isleña. Una pieza más en la reconstrucción de la historia de la construcción y carpintería de ribera canaria. Por cierto el que escribe estuvo a punto de pertenecer a la Policía Territorial del Sahara, pero el maldito acuerdo tripartito del gobierno golpista de Franco que arruinó a Canarias obligó a dirigir mi servicio militar obligatorio a los Regulares de Melilla. una anécdota fuera de lugar pero el pureta ya está desvariando.
ResponderEliminarGracias! ...Nada fuera de lugar, ...y mi padre hizo el Servicio Militar en Sidi Ifni, de eso hay una anécdota curiosa que un día contaré...cosas de aquellos tiempos...
EliminarPreciosa y precisa historia, contada de un modo ameno y documentada, como de costumbre. Felicidades y Gracias por tu dedicación y divulgación, Daniel. Salud
ResponderEliminarMuchas gracias!
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