1934. El primer campeonato regular de vela latina en Las Palmas de Gran Canaria.


El año 1934 es histórico en la vela latina canaria puesto que se organiza el primer Campeonato regular de botes. La temporada la podemos dividir en dos partes bien diferenciadas, una en la que se realizan concursos y “pegas” o desafíos entre parejas de botes y los meses en la que la actividad deportiva se centra en la realización del Campeonato.

Los primeros desafíos del año fueron las regatas entre el “Fyffes” contra el “Porteño” y el “Faycan” contra un flamante “Domingo Guerra del Río”. De éste último, el periódico “La Provincia”, de fecha 4 de abril de 1934 citaba: “…”Domingo Guerra del Rio”, nombre que le fue impuesto en memoria del llorado alcalde de esta ciudad. Sus propietarios son 30 entusiastas, constituidos en sociedad legal. Fue construido por los maestros Francisco Solís y Dionisio Robaina Noble. Tiene de eslora 6,50 metros; un metro 95 cms. de manga y un metro de puntal. Mide el palo 8,80 metros, teniendo la palanca 12,25 metros. Pesa su orza 99 kilos y su casco está pintado: el fondo de azul; de la línea de flotación hasta la cinta, que es morada, de blanco, y cubierta amarillo con “farquias” blancas. Patronea la embarcación Juan Izquier, bajo la dirección de Bartolomé Santana. Lleva nueve marineros, y fue botado al agua en el pasado mes de febrero…”. El famoso “Domingo Guerra del Río” fue el bote que inició la tendencia del aumento de la manga en los botes de vela latina de seis metros y medio de eslora, fue apodado por sus formas como la “barrica”. Para su gestión se creó una Sociedad, siendo su primer presidente Don Juan Ojeda Bethencourt.



Directiva y tripulantes del recién creado bote “Domingo Guerra del Río”. Colección Manuel Suárez Moreno.



Documento autorizando al presidente de la Sociedad de Deportes Náuticos “Domingo Guerra del Río” la compra del bote recién construido. Archivos de la Capitanía Marítima en Las Palmas.


El “Domingo Guerra del Río” en plena regata. Del libro Semblanza Histórica de los Botes de Vela Latina. Juan Armando Mentado Gil.

El “Domingo Guerra del Río” ganó un concurso en conmemoración de la República celebrado el 15 de abril de 1934. Aquella competición fue accidentada, teniéndose que resolver la protesta presentada por el patrón el bote “Goodrich”, Don Rafael Martín, contra los botes “Hans” y “14 de abril”.


La prensa se hace eco de la resolución de dicha protesta por parte de la Sociedad “Ahemón”. El rotativo “La Provincia” de fecha 26 de abril de 1934 la reproduce íntegramente. Extractamos aquí algunos interesantes pasajes de la protesta: "Don Rafael Martín García, patrón del bote “Goodrich”, participante en el Concurso celebrado el día 15 del actual, con el número 4 de inscripción y con el 9 en el orden de salida, eleva ante la Junta Directiva de esta Sociedad de su digna Presidencia, las siguientes protestas:…” “…2º Que frente al martillo del Muelle de Las Palmas, iba el bote “14 de abril” con la vuelta para fuera y el “Goodrich” con la vuelta para tierra, y al cruzar las dos embarcaciones, el patrón del “14 de Abril”, con manifiesto conocimiento que si no me daba paso, como era su deber, observando las leyes de la Marina, tendría que abordarme consumó este reprobable hecho, abordando al “Goodrich”, dejando en el costado de esta embarcación las señas del abordaje y no conforme con ello, uno de los tripulantes del “14 de Abril” quitó la escota de la escotera al bote patroneado por mí, poniéndola en peligro de estrellarse contra los prismas del extremo naciente del Muelle de Las Palmas…”, y de la resolución de la misma, “…Considerando el Comité que las declaraciones de los patrones interesados, aquí presentes junto con el testimonio de los Jueces de Recorrido, son aportaciones suficientes para cumplimentar el Artículo 35 del vigente Reglamento de Regatas para Botes de Vela Latina confeccionado por el Club Náutico de Gran Canaria, en colaboración con los dueños y patrones de esta clase de embarcaciones, aprobado por la Comandancia de Marina con fecha 19 de Abril de 1932, se procede a tratar la referida protesta…” “…Presta, a su vez, declaración Don Juan Cruz, Patrón del bote “14 de abril”, que lo hace del siguiente modo: No es cierto lo declarado por el Sr. Martín García, en lo referente a haberle sacado la escota fuera de la escotera del bote “Goodrich”…” “…Con los elementos de juicio expuestos, el Comité de Regatas delibera ampliamente sobre el particular, llegando, tras un minucioso examen de la cuestión, a las siguientes conclusiones: Primero. El bote “14 de abril” que iba de vuelta a la mar, por negligencia de su patrón, abordó al bote “Goodrich” que marchaba con la vuelta a tierra…” “…Y como consecuencias de las mismas se acuerda por unanimidad,  que el bote "14 de Abril" qué alcanzó el segundo puesto de su serie, pase a ocupar el duodécimo de la clasificación, sustituyéndole el que ocupó el tercer puesto, y a este el del cuarto, continuando la variación por el orden sucesivo inferior, debiendo entregarse el segundo premio al bote “Fyffes” y el tercero al “Goodrich” que quedan, respectivamente, en el segundo y tercer puesto de la Clasificación…” “…Se acuerda devolver al Patrón del bote “Goodrich” las cincuenta pesetas que hizo efectivas en el momento de formular la protesta que ahora se resuelve…”. De la lectura podemos comprobar que fue una disputa de derecho de paso con una sorprendente y antideportiva acción por parte de uno de los tripulantes implicados que casi causó un accidente y la pérdida de un bote.

El ejemplar de la prensa citado anteriormente, de 4 de abril de 1934, se hace eco de las múltiples “hundimientos” o “trabucadas”, 13 hasta la fecha de aquel año, y al respecto, no sin cierta sorna, refería textualmente: “Comentaban el otro día en una peña de entusiastas, la innovación introducida en el bote "Muelle Grande": Dos salvavidas colocados en su interior, que pueden ser utilísimos en un momento de desgracia. ¡Cómo ha evolucionado la construcción y aparejamiento de los botes. —decía uno— De seguir así, dentro de poco, los veremos con luz eléctrica, ¡y hasta con radio!”.

El día 6 de abril de 1934, la Sociedad de regatas “Ahemón” elegía Junta Directiva, siendo su nuevo Presidente, Don Sixto Flores del Cueto, su Vice-presidente, Don Alfonso Santamaría Ferrándis, y su Capitán náutico, Don Mario Pons Cabral.

Para el 22 de abril se programa un concurso con dos balizas, en el Castillo de San Cristóbal y en el Parque de San Telmo, con una salida formada entre un remolcador y una falúa con el fin de mejorar la toma de tiempos de salida de las embarcaciones. Los botes inscritos serán los que aparecen en la tabla a continuación, en la que se muestra el orden de salida, el ganador de la serie A sería el “Fyffes” seguido por el “Porteño” y el “Tomás Morales”, en la serie B el primero sería el “Pérez Galdós”, seguido del “Cedrón”.



Imagen de la botadura del bote “Cedrón” en 1931. Foto de la colección de Manuel Suárez Moreno.

A continuación se celebró el Concurso de San Pedro Mártir, desde el Túnel a una baliza situada en Las Alcaravaneras, a la altura de la calle Ingeniero Salinas, con tres balizas intermedias, competición en la que participaron 13 botes de las series A y B, ganando en la serie A el “Fyffes”, con un tiempo invertido de 1h 33’ 04’’, siendo segundo el “Porteño” a 12 segundos y tercero el “Tomás Morales”, a un minuto del primero.

El periódico “La Provincia” de fecha 2 de mayo de 1934 hacía algunos comentarios a la regata: “…Buena jornada la de ayer. Viento de rachas, fuerte, entreverado de algún aguacero que otro, sirvió para realzar la valentía de las embarcaciones y sus tripulantes. Entre estos últimos, haciendo estricta justicia, nombraremos a los del bote vencedor; por su gran ligereza en las maniobras. A pesar del tiempo inseguro, la afluencia de público fue numerosísima. Entre el, vimos complacidos, una buena representación del bello sexo que se va interesando por nuestro viril deporte. Lástima que la salida, que se hubiera hecho un poco más temprano. Pero está visto, que hay ciertos, patrones que no tienen enmienda. ¿No podían dedicarse a probar antes de la hora fijada para la salida?...” “…No queremos terminar, sin hacer constar nuestra más enérgica protesta por la actitud de ciertos elementos fanáticos y antideportistas, que con ademanes descompuestos y agresivos, querían imponer, contra toda razón, un fallo favorable para las embarcaciones que, desgraciadamente, los tienen de partidarios. Hace falta todo el espíritu deportivo de la Directiva de la Sociedad “Ahemón”, para aguantar el cúmulo de groseros insultos, de que son objeto por parte de gentes sin la menor educación que no conciben ni saben perder…”, y es que el apasionamiento era inevitable, tal era el sentimiento que había crecido entre los ciudadanos de Las Palmas en lo que respecta a las regatas de botes.

Pasados los concursos de inicios de temporada, se concertaron varios desafíos, entre los que destacan los siguientes, el “Fyffes” contra el “Porteño, con victoria del primero, el “Tomás Morales” contra el “Fyffes”, pega que ganó el “Tomás Morales” por 8 segundos, el “Domingo Guerra del Rio” contra el “Tomás Morales” con victoria del primero y la histórica primera regata del bote “Santa Catalina”, celebrada el día 1 de julio de 1934 contra el “Tomás Morales”, “pega” que gano el bote del barrio de San José por minuto y medio. 


Moneda al aire para dilucidar la posición en la salida. El árbitro, Antonio Curbelo por el Porteño, a la derecha y José Ramos por el Poeta Tomás Morales, a la izquierda. Foto de la colección Manuel Suárez Moreno.


El mismo tipo de sorteo, para elegir la posición de salida, mostrado en el periódico “La Provincia” de 5 de septiembre de 1934. Jable. Hemeroteca digital de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

 Por último, antes del comienzo del primer campeonato de botes, se celebraron dos regatas entre el “Fyffes” y el “Domingo Guerra del Rio” con victoria del “Fyffes” en las dos ocasiones y entre el “Fyffes” y el “Santa Catalina”, pega que arrojó la primera victoria del casco recién construido. 


Pega de 1934 entre el “Fyffes” y el “Santa Catalina”. Del libro Semblanza Histórica de los Botes de Vela Latina. Juan Armando Mentado Gil.

Las apuestas se popularizaban cada vez más y eran un aliciente añadido para los aficionados que seguían las regatas por tierra, los “momios” se prodigaban y no pocos problemas surgían. El rotativo “La Provincia” de 10 de agosto de 1934 se hacía eco, con el título “Las tragedias de las regatas de botes, una apuesta desgraciada”, del siguiente incidente: “El pasado domingo corrieron los botes a vela latina “Santa Catalina” y “Tamarán” correspondiéndole el triunfo al primero por una ventaja de pocos minutos. Ya es sabido que la afición a este deporte es tan enorme, que, todos los domingos se congregan numerosas personas en todas las playas del naciente, cruzándose apuestas entre los partidarios de los botes que están pegando. Entre los aficionados se hallaban el domingo los ciudadanos Juan Morales y Morales, de cincuenta y dos años de edad, que vive en la carretera de Chile, en el Puerto, partidario del “Santa Catalina”; y Francisco Bernal, domiciliado en la calle Aguadulce, partidario del “Tamarán”. Como la “pega” se ponía interesante y cada cual pensaba en que ganaría su bote, hicieron una apuesta; Morales con sesenta y cinco pesetas y su amigo Bernal con cuarenta, siendo en total ciento veinte pesetas. Había que buscar a un depositario, y nombraron el vecino del Puerto, Domingo Pérez Cabrera, de treinta y ocho años de edad, a quien los dos “contrincantes” creyéndola “segura”, le dieron la citada cantidad para que las entregara al vencedor. La “pega” terminó con la victoria del “Catalina” por lo que las ciento veinte pesetas correspondían a Juan Morales. Al ir éste a cobrar su dinero notó con gran sorpresa que el depositario y el amigo, habían desaparecido, aprovechando un momento emocionante de la carrera. Se enteró que Domingo Pérez Cabrera vivía en la calle del Carmen, por lo que fue a esperarlo a la hora de cenar. A las ocho de la noche llegó Domingo y al pedirle el dinero, se negó a entregarlo, por lo que, inmediatamente, llamó al guardia municipal número 55 para que lo condujera a la Inspección de Policía. En la Inspección, manifestó Domingo Pérez, que como no recordaba los que le habían entregado el dinero en el momento de la regata y como se separara de ellos al llegar a las Alcaravaneras se le presentaron dos individuos que le pidieron el dinero y él, creyendo que eran los mismos que se lo habían entregado, les entregó la expresada cantidad. En este asunto interviene el Juzgado correspondiente.”

El 14 de julio de 1934, el noticiero “La Provincia” pública la propuesta de bases para un Campeonato que dirima la incógnita de qué bote tiene la supremacía, entre aquellas bases se incluía que, “…Todas las regatas se efectuarán por pareja de botes y desde el sitio conocido por el Túnel de Telde hasta la baliza colocada frente a las Alcaravaneras…”. Se proponía por aquel entonces un campeonato con una primera fase eliminatoria y una segunda final a modo de liguilla. Desconocemos si aquella propuesta publicada se aprobaría posteriormente como el reglamento definitivo de aquel primer campeonato.

El 12 de agosto empezaría el campeonato con la “pega” entre el recién construido “Marino” y el “Porteño”, con victoria del primero. El Campeonato supone un revulsivo para la afición, que se multiplica por momentos y se tienen que compatibilizar los horarios de los encuentros de fútbol y de los botes con el fin de que las regatas no resten público a los partidos de balompié.

El 16 de septiembre de 1934, el periódico “La Provincia” incluía una nota que rezaba, “…Por acuerdo de la Sociedad “Ahemon”, los botes harán su salida media hora antes de la acostumbrada, para que así los aficionados al deporte náutico y al balompédico puedan presenciar ambos…”. Las regatas del campeonato se suceden y se intercalan con los desafíos, que esporádicamente se siguen celebrando. La primera fase del campeonato acabó el día 10 de septiembre de 1934, con la regata entre el bote “galletero”, el “Tamarán”, y el “Las Palmas”.

El bote “Las Palmas” se reconocía al estar pintada su obra viva de color blanco y la obra muerta de color rojo, su construcción fue encargada por Antonio Alfonso Cabrera y estaba soportado por vecinos del barrio de Las Alcaravaneras, de hecho su base era la playa de Santa Catalina o de las Alcaravaneras, donde fue su botadura que constituyó un evento social de primer orden. Fue el primer bote que llevó publicidad en la vela, la de la casa americana fabricante de coches, la “Ford”. La embarcación fue apodada entre las gentes del barrio como el “carro de la carne” y fue construida por el maestro carpintero de ribera Don Rafael Suárez Yañez.


Bote “Las Palmas”. Colección Daniel Rodríguez Zaragoza.

Los cinco botes que se clasificarían para la segunda fase de liguilla serían los siguientes, “Marino”, “Faycán”, “Santa Catalina”, el nuevo “Minerva”, y el “Tamarán”. El resultado de la liguilla quedaría como sigue:


En el periódico “La Provincia” de 15 de noviembre de 1934 se reseña la última regata, que enfrentaba al “Minerva” y al “Faycan”: “…Ayer se celebró la tan esperada regata entre los botes “Minerva” y “Faycán”, para el campeonato de la serie A. Bajo las órdenes del árbitro Don Antonio Curbelo; se preparaban los botes para tomar la salida, en “Aguadulce”, (¿por qué fue esta regata en “Aguadulce”, y, no en la “Marfea”, como las condiciones anteriores de campeonato? ¿Es que le temían al tiempo, o le convinieron así a ambos representantes?), correspondiéndole el barlovento al bote de Rafael Martín...” “…Con esta regata ya son ocho las que ha ganado el bote “escoba”, como le suelen llamar festivamente sus partidarios y contrincantes…”


El casco del Minerva, campeón del primer campeonato regular de pegas en la vela latina canaria de Las Palmas, con su curiosa orza al estilo de la época, como la de los “Hispania”. Foto de la colección de Manuel Suárez Moreno.


Con un trofeo por sus victorias, de izquierda a derecha Pancho “Burramansa”, presidente del Club “Minerva”; Juan Marrero, carpintero de ribera que hizo la embarcación; Rafael Martín, patrón del bote y Juan Marrero de nuevo. Del libro Semblanza Histórica de los Botes de Vela Latina. Juan Armando Mentado Gil.

La serie B decae por el empuje de los botes “grandes” y sólo tres embarcaciones participan en un campeonato cuyo desenlace tuvo que esperar al 17 de marzo del año siguiente. Al final, en la regata decisiva, el “Cedrón”, patroneado por Rafael Martín, se impuso al “Juan Rejón”, que tuvo en aquella ocasión dos patrones, primero a Juan Negrín y después a Antonio Ortega. El otro participante de aquel campeonato fue el “Franchy y Roca” al que el “Juan Rejón” ganó, según el diario “La Provincia” de 9 de septiembre de 1934, por “…“forfait” del “Franchy”…”, o lo que es lo mismo que el Juan Rejón ganó por retirada de su oponente, y es que la influencia anglosajona, si ya era importante en todo a lo que el puerto y su comercio se refería, en lo deportivo lo era aún más.

Acaba el año con un absurdo intento de restringir a las dos de la tarde la hora límite para la celebración de las salidas las regatas, propuesta de la Junta Provincial de Protección de Menores de Las Palmas, asunto que es irónicamente rebatido por la Sociedad de regatas “Ahemón” (periódico “La Provincia”, 8 de noviembre de 1934) que propone de igual modo: “…PRIMERO: - La supresión de los bailes que celebran los domingos algunas de nuestras Sociedades de recreo, o, en su defecto, prohibirles que los efectúen después de las doce del día. SEGUNDO: - Impedir que los días festivos del verano, por la tarde, acuda el público a la Playa de las Canteras…”.

Los botes se convierte en una actividad relevante en la vida social de la ciudad, se habla de ellos en todas las tertulias, los patrones de éxito son conocidos por todos, el público se agolpa en la costa para presenciar las evoluciones de las embarcaciones, la gente conoce a las embarcaciones por motes, los “azules”, construidos por el carpintero de ribera Don José González Rodríguez, el “Juan Rejón” (a) “rejeta”, el “Santa Catalina” , y el “Marino”; el “Goodrich”, nombre de un fabricante de neumáticos, cuyo alias era el “cucudrilo”; el “Porteño” o “loro”; el “Fyffes”, alias el “platano” o el “amarillo”; el “poeta”; el “galletero”… las tripulaciones también tienen sus motes, “los diablos rojos” del “Fyffes”, los “arrieros de la muerte” del “Tomás Morales”… y en la prensa se ven no pocas referencias informales relativas a la competición y a este singular deporte náutico popular. 



Las tripulaciones retratadas para la posteridad. Periódico La Provincia. 1934. Jable. Hemeroteca digital de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.



Pega entre el “Marino” y el “Faycan” de 1934. Del libro Semblanza Histórica de los Botes de Vela Latina. Juan Armando Mentado Gil.

Daniel Rodríguez Zaragoza. 21.03.2020 (continuará).

Bibliografía y agradecimientos.

A Manuel Suárez Moreno por sus fotos históricas.

Archivos de la Capitanía Marítima en Las Palmas.

Jable. Hemeroteca Digital de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Semblanza Histórica de los Botes de Vela Latina. Juan Armando Mentado Gil. Imprenta Grafica Dos. Depósito Legal G.C. 329-1990. 1990.










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