La construcción naval en metal en el Puerto de La Luz (y 3).

El tercer y último capítulo de la construcción naval en acero en el Puerto de La Luz y de Las Palmas lo protagonizó un inquieto empresario Canario, Don Luis Marrero Marrero. Con antecedentes familiares en la carpintería de ribera, su abuelo era Don Rafael Marrero Padrón, conocido profesional de principios del siglo XX, Don Luis se embarcó a principios de la década de los 70 del siglo pasado en una aventura que duraría aproximadamente quince años y que estaría plagada de vicisitudes y obstáculos.

En el año 1971 comenzó la andadura mercantil de Don Luis en la construcción de buques, en la primera de las tres ubicaciones que tuvo el astillero, en los varaderos que se situaban detrás el edificio de la Casa Miller, al sur del muelle de Santa Catalina. En 1973 crearía la empresa “Construcciones Internaval, S.A.”. 

“Internaval” mantuvo su actividad hasta mediados de la década de los 80, primero construyendo embarcaciones de acero y más tarde alternando el metal y el poliéster reforzado con fibra de vidrio. No eran ya tiempos de remaches, de forjas ni fundiciones, la soldadura, como técnica para unir metales, había desplazado en buena medida todas aquellas prácticas y talleres de antaño, muchas profesiones y especialidades se perdieron por el camino, aunque aparecieron otras. 


Colección Luis Marrero Marrero. Don Luis en la presentación de una embarcación de PRFV. Circa 1980.

Las embarcaciones que se realizaron tenían formas sencillas. Los cascos se diseñaban en pantoque vivo para facilitar su construcción y los diseños y trazados, en su mayoría, - no siempre - salían de los estudios y de las mesas de dibujo de ingenieros navales y delineantes canarios o radicados en Las Palmas. En el año 1975 se habían construido 19 embarcaciones de diverso porte, desde pequeñas falúas portuarias a las impresionantes barcazas de áridos “Santa Águeda Uno” y “Santa Águeda Dos”. 


Colección Luis Marrero Marrero. El "Santa Águeda Uno" siendo trasladado para su botadura. 1975.

El proyecto de construcción de las barcazas estaba firmado por el Ingeniero Naval Miguel Casado Fernández y las embarcaciones tenían una eslora total de 36.25 metros, una manga de 7.50 metros y un puntal de 4 metros. Su arqueo bruto era de 272.95 toneladas, convirtiéndose de este modo en las embarcaciones metálicas más grandes construidas en el Puerto de La Luz y de Las Palmas en toda su historia.


Documentación obtenida de Jable. Archivo de prensa digital de la ULPGC. Anuncio de la revista "Costa Canaria" de 30 de diciembre de 1975.


Documentación obtenida de Jable. Archivo de prensa digital de la ULPGC. Anuncio de la revista "Costa Canaria" de 30 de diciembre de 1975.

Propulsado por dos motores Caterpillar D-379 de 565 HP a 1225 rpm, el buque “Santa Águeda Uno”, el 4 de julio de 1978, protagonizó un incidente al embarrancarse en la costa de África a unas 10 millas al norte del Aaiún. El buque se pudo reflotar en la siguiente marea aunque no obstante se tuvo que aligerar el mismo recurriendo a la echazón de parte de la carga, que estaba constituida por sacos de cemento en pallets. Por supuesto la decisión del Capitán del buque derivó en el obligado litigio que se prolongó durante varios años. El “Santa Águeda Uno” estuvo navegando por las islas hasta 1983, fecha en la que se vendió a la Companhia Nacional de Navegação Arca Verde de Cabo Verde que lo bautizó con el nombre de “Santa Luzia” y lo dedicó al cabotaje insular en aquel archipiélago.

Algunas de las embarcaciones construidas por Don Luis en su empresa sirvieron muchos años en el tráfico interior del Puerto de La Luz. Las falúas de Sovhispan o la falúa “Teror”, de Miller y Cia., fueron un exponente, entre otras embarcaciones, de la bondad de las construcciones de Internaval. La “Teror”, construida en 1973, de 15 metros de eslora total, 4 metros de manga y 2 metros de puntal, con 19.82 toneladas de registro bruto, y dos motores Caterpillar de 150 HP cada uno, fue una de las embarcaciones emblemáticas, y más conocidas, del grupo Miller durante muchos años.


Colección Juan Garrido López. La falúa "Teror" sirviendo de apoyo a Consubsa en las labores de pintar los calados de proa en un petrolero.

Los clientes de “Internaval” no se limitaron a la provincia de Las Palmas, en 1978, la embarcación de 20.6 metros de eslora total y 99 toneladas de registro bruto “Retrasub IV”, fue entregada a la empresa Reparaciones y Trabajos Submarinos S.L. de Santa Cruz de Tenerife. Era la unidad número 23 construida en el astillero.



Colección Jose Antonio Noda Suárez. La embarcación "Retrasub IV", ya como pontón, en el Puerto de Santa Cruz de Tenerife.

Del esfuerzo de los 50 trabajadores que llegó a tener la empresa en algunos momentos se crearon muchas embarcaciones de pesca de acero, ya fuera en su primera ubicación, en el muelle Santa Catalina; en la segunda, los rellenos situados detrás del espaldón del Dique del Generalísimo (donde se construyeron las barcazas “Santa Agueda”); o en la ubicación final colindante con el actual astillero de reparaciones Astican, S.A. Se finalizaron pesqueros polivalentes, atuneros, arrastreros, etc. y algunos de ellos se exportaron al extranjero.


Colección Luis Marrero Marrero. Pesquero "Villa de Agaete I". 1978.

Entre ellos, el más famoso fue el “Junquito”, embarcación que fue ametrallada por el Frente Polisario a 12 millas de la costa de África en la noche de 20 de septiembre de 1985. A raíz del ataque, que incendió la embarcación, quedó ésta abandonada y fue a la deriva apareciendo al día siguiente a milla y media de la costa, procediendo la patrullera “Tagomago” a su rescate, no obstante el buque que también fue atacado, esta vez desde tierra. En el ametrallamiento de la patrullera murió un marinero y resultaron otras dos personas heridas. El sábado 28 de septiembre el Frente Polisario entregaba ilesos 6 tripulantes del “Junquito” y un cadáver, el del contramaestre del pesquero, muerto durante el primer ataque. El Polisario justificaba el ataque aduciendo que el “Junquito” enarbolaba bandera marroquí y el incidente justificó la ruptura de relaciones diplomáticas entre España y el Frente Polisario.


Colección Luis Marrero Marrero. El "Junquito" en construcción. 1978.

Construcciones Internaval, S.A. languidece a mediados de los 80 sin que su creador dejara de mantener una lucha constante por disponer de una concesión para habilitar unas instalaciones dignas y para conseguir que se subvencionaran las construcciones realizadas en su modesta empresa. La falta de crédito y expectativas agotó sus posibilidades y la batería de barcos en fase de construcción, oxidándose en el muelle, fue una imagen que perduró en el recuerdo de muchos durante los años 80 del siglo XX.

Puntualizar, a modo de conclusión que no fue “Internaval” la única que construyó en acero durante el periodo al que nos referimos o más cercano en el tiempo, Astican, S.A. primero y Contratas Metalúrgicas S.L. en los últimos años han ejecutado diversos proyectos, ocasionalmente. 

Como hemos visto en la serie de tres artículos publicados la construcción de embarcaciones metálicas en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria siempre ha respondido a las necesidades internas de cada época y, salvo contadas excepciones en los más de cien años estudiados, las embarcaciones realizadas no se han destinado a la exportación o a la navegación de altura. DRZ. 18/06/2016.

Bibliografía: 

Jable. Archivo de prensa digital de la ULPGC. 


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